“Cuando era pequeño paseaba por el paseo marítimo y miraba con curiosidad el Hotel Don Ignacio en San José. Imaginaba cómo serían sus habitaciones, contaba historias de miedo en el patio frontal en las noches de invierno, y soñaba con alojarme algún día”, cuenta Alejandro López Rubio. Hoy, ese niño se ha convertido en el director de ese hotel que despertaba su imaginación.

El Hotel Don Ignacio se alza en primera línea, justo frente a la bahía de San José, con sus ventanales asomados al horizonte. Un edificio que lleva décadas formando parte del imaginario del Cabo de Gata, y que ahora inicia una nueva etapa tras haber sido adquirido por Oasis Proyectos Inmobiliarios, con la gerencia de Alejandro al frente y que ya va por su segundo año al frente de la gestión.

Nuevos retos

El establecimiento se encuentra en plena fase de reforma integral, con el objetivo de convertirse en un referente de calidad y sostenibilidad dentro del Parque Natural. 

“El Don Ignacio supone un reto por la tradición que atesora y por la potencialidad de sus instalaciones. Queremos que nuestros clientes sean parte esencial del proyecto. Creemos que la clave está en unir tradición y modernidad, con el máximo respeto al entorno”.

Desde su ubicación privilegiada, el hotel ofrece vistas al mar y acceso directo al paseo marítimo. Cuenta con piscina exterior, amplias habitaciones y zonas comunes pensadas para el descanso.

“Estamos construyendo este proyecto día a día, con ilusión y determinación. Al igual que el propio Cabo de Gata, estamos en una etapa de cambio, pero sin perder la esencia”.

“Quien no haya estado sólo podrá tener una idea remota. Pero quien haya pisado esta tierra, conoce las rocas volcánicas, el viento de levante, la posidonia o las noches de cielo abierto. La paz, en definitiva. Este lugar engancha”, concluye Alejandro.

Para más información y reservas, se puede contactar a través del 950 95 61 00, del 621 69 37 38 o por correo electrónico en reservas@hoteldonignacio.com. Porque, a veces, los sueños de la infancia regresan para quedarse, justo frente al mar.