Este domingo se hizo oficial que el Dreambeach se marcha de Almería tras más de una década de relación -11 años para ser exactos- con una provincia almeriense a la que ha puesto en un lugar más que referente del panorama nacional e internacional de la música electrónica. La noticia ha causado indignación entre el público local más fiel que ha asistido durante dicho período a una cita que ha tenido una asistencia media de unas 100.000 personas por edición.

Sin embargo, la mudanza del Dreambeach a Vélez-Málaga (Málaga) sí que ha sido bien acogida por vecinos de El Toyo-Retamar que desde que se anunció que el festival aterrizaba en la capital, en agosto de 2024, mostraron sus quejas por la dañina repercusión que, supuestamente, podría tener para el bienestar de los residentes de esta zona y del entorno por su impacto acústico y ambiental. De hecho, la organización recibió varias denuncias durante el montaje de los escenarios por polvo, ruido y alteración del orden. 

En este sentido, los residentes de las viviendas más cercanas a los terrenos en los que se han realizado las dos ediciones capitalinas,  que eran suelos adquiridos por el entonces propietario de la UD Almería Turki Al-Sheikh, ganarán esa 'tranquilidad' que reclamaban en su postura de oposición a un festival que en la edición de este pasado verano, incluso siendo de las peores en cuanto a datos de asistencia de público (90.000 'dreamers'), tuvo un impacto económico de alrededor de 12 millones de euros en la ciudad, similar al del año anterior.

Dinamismo económico en la ciudad

Con un 60% de público llegado desde fuera de la provincia de Almería, en su organización estuvieron vinculadas más de 200 personas y se trabajó con proveedores regionales y locales, por lo que se generaron alrededor de 1.400 empleos directos e indirectos durante todo el desarrollo logístico del evento. Números similares a los de 2024. Estas cifras demuestran la alta incidencia, en términos económicos, que ha supuesto el festival para la capital almeriense durante las dos ediciones que ha acogido, destacando también la repercusión mediática para el destino Costa de Almería. 

Desde el jueves 7 al domingo 10 de agosto, más 90.000 personas -como si se tratara de toda la población del municipio de El Ejido- pasaron por el Dreambeach de este 2025, originando un dinamismo económico de gran envergadura del que sectores como el de la hostelería (bares, restaurantes, hoteles...) o del transporte (autobuses del servicio urbano, taxis...) se beneficiaron considerablemente. También lo hicieron comercios de alimentación (tiendas de barrio, supermercados...) y los alojamientos turísticos, llegando a ofertarse en la zona de Retamar-El Toyo apartamentos que llegaban a rozar incluso los 1.000 euros por noche.  

Gran parte de los asistentes al Dreambeach se movieron a lo largo del fin de semana por diferentes lugares de la capital, como el Paseo Marítimo, donde sus hosteleros ya empiezan a valorar como "una gran pérdida" para el gremio que el festival haya decidido irse a tierras malagueñas. Desde la organización agradecen a Almería "nueve inolvidables ediciones en Villaricos y dos en la capital". Por su parte, desde el Área de Cultura del Ayuntamiento, el concejal Diego Cruz explicó a este periódico, y tras el anuncio de la marcha del festival, que respetan "la decisión del promotor".

Desde 2013 hasta 2025 en la provincia almeriense

El festival comenzó en 2013 como heredero del conocido Creamfields Andalucía, y en poco tiempo se convirtió en una de las citas musicales más importantes para los amantes de la música electrónica.

Entre 2013 y 2023, Villaricos ha sido el escenario que ha recibido a grandes artistas del tech house, techno o dubstep que tanto han caracterizado al festival. Fue ya en 2024 cuando se produjo la mudanza a la capital almeriense, en concreto, a Retamar-El Toyo, mejorando así conexiones y accesibilidad.