Desde Almería a México: la historia del profesor que remueve la conciencia de jóvenes y mayores
El almeriense Miguel Parra viajó para compartir su visión sobre educación, arte y futuro con jóvenes y creadores internacionales

Miguel Parra enseña su poesía y traslada la importancia de cuidar el planeta en una clase de México.
El poeta y profesor almeriense Miguel Parra Uribe hizo las maletas en septiembre para cruzar el Atlántico rumbo a México. "De camino, en tránsito", escribió antes de partir hacia el 29º Festival Internacional de Poesía y Creación de Zamora y Ciudad de México. Un viaje que no era solo geográfico: era también un viaje hacia el diálogo, hacia la palabra como puente entre culturas y generaciones.
En el equipaje llevaba sus poemas (Amanecer, Desesperación, Cúpula y Voz) y una idea que atraviesa toda su obra: que la poesía puede ser también un acto de conciencia. En México habló de emergencias climáticas, de acción social, de educación y de arte como herramienta para cambiar la mirada.
"Nos circunda una crisis humana y vital regresiva", explicó en una de sus intervenciones, donde leyó versos de denuncia medioambiental y homenajeó a su amigo almeriense Pepe 'Perra Martínez', transformista y símbolo de libertad creativa.
Su voz sonó en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, ante poetas llegados de Argentina, Colombia, India y del propio país anfitrión. Y volvió a escucharse horas después en la Casa de Marie y Octavio Paz, ese lugar cargado de memoria literaria, donde leyó sus décimas "de agua y sal" en homenaje a Celia Viñas, la poeta y maestra que marcó una época en la Almería de posguerra. "Hablé de Berja, del Festival de Poesía Visual, de Celia y de su acción cultural en Almería", cuenta Parra, que consiguió que Almería resonara también en la casa del Nobel mexicano.

Cartel del 29 Encuentro Internacional de Poetas de Zamora.
En movimiento
Pero el viaje no se detuvo en las salas de lectura. En la ciudad de Zamora de Hidalgo, en el estado de Michoacán, Parra se adentró en las aulas. Allí, junto a los poetas Viviana Trujillo, de Chile, y Jorge Arzate, de México, llevó la poesía hasta los colegios y preparatorias que acababan de iniciar curso. No se conformó con leer desde una mesa. "Pasé al espacio físico de los estudiantes, como una clase más, para interactuar con ellas y ellos", explica.
Con un globo terráqueo inflable entre las manos, habló del planeta, del tiempo que vivimos y de la responsabilidad de cada generación. "Les hablé de los futuros deseables, de los itinerarios posibles, de nuestras elecciones vitales", recuerda. Luego recitó sus poemas y compartió con ellos las ideas de su proyecto Humanidad Consciente, que impulsa una educación basada en el respeto y la sostenibilidad. "Descargué mucha energía", confiesa, "pero creo que valió la pena".

Poetas participantes en el encuentro internacional en México.
Una red de educación y cultura
El Festival, coordinado por el poeta y profesor Janitzio Villamar, reunió a voces de distintos continentes que abordaron temas comunes: la creación, la identidad, la justicia social o el medio ambiente. Parra encontró en esa diversidad una misma raíz: la búsqueda de una humanidad más consciente y educada. "Me preocupa una sociedad culta, formada, que reconozca la creatividad humana", reconoce, "pero también el sufrimiento que ya causa la emergencia climática. Si no actuamos de forma preventiva y compartida, restaremos opciones de vida digna al planeta".
Sus palabras no nacen de una preocupación pasajera. En 2023 fue seleccionado para la II Residencia Literaria del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), en Valsaín (Segovia), donde trabajó junto a otros escritores y ensayistas sobre la relación entre literatura y ecología. De aquella experiencia surgió un reportaje emitido por el programa Página Dos de RTVE, en el que Parra defendía la poesía como herramienta educativa y ética.
Para qué sirve la poesía
De regreso a Almería, el poeta confiesa que lo más valioso del viaje no fueron los aplausos, sino las miradas atentas de los jóvenes mexicanos. Allí, en mitad de una clase improvisada, descubrió que la poesía puede seguir enseñando lo esencial: el asombro, la empatía y la conciencia del tiempo que vivimos.

El almeriense Miguel Parra durante la lectura de su poesía.
Porque para Miguel Parra, la poesía no es un refugio, sino una forma de acción. "La palabra puede ser una semilla de transformación", admite. Y en ese viaje, que empezó en Almería y terminó en Michoacán, quedó claro que su voz no solo escribe versos: también planta futuro.