Quién es Banila Banna, la DJ de Almería que actúa este sábado en el Dreambeach 2025
Es la única mujer de la provincia que pinchará en el interior del recinto ferial junto a grandes como Don Diablo, Fatboy Slim o Will Smith

Banila Banna durante uno de sus shows propios, con la emoción a flor de piel.
En apenas unos días, festivaleros procedentes de todas partes de España traspasarán las puertas del evento de música electrónica más sonado de Almería. Esas miles de personas recorrerán los arenosos suelos del recinto instalado junto a la playa de El Toyo y disfrutarán de un bucólico paisaje con los bajos de los artistas retumbando en sus pechos. De estas tantísimas almas que bailarán al unísono frente al mar, muchas lo harán al ritmo de Banila Banna, la única mujer almeriense que se subirá a los escenarios durante el Dreambeach 2025.
Apasionada del techno y con un estilo difícil de catalogar, define su música como hipnótica; como una mezcla de groove, tribal e industrial. En una escena dominada por otros estilos, la vicaria ofrece una frescura que este año el festival ha sabido valorar. Su debut en Retamar será el próximo sábado 9 de agosto, mismo día en el que saldrán a escena nombres propios tan conocidos como Will Smith, Don Diablo, Nathy Peluso, Steve Aoki o Subtronics.
Los inicios de una joven de Vícar
Vanessa Puertas nunca imaginó ser DJ. Si bien siempre ha sido una enamorada de la música -de pequeña jugaba a ser coreógrafa con sus propios pasos de baile-, lo cierto es que sus inicios en aquel mundo fueron algo puntual, por pura diversión. Tras probar, por invitación de un amigo, una mesa de mezclas, se compró un equipo, sin pretensiones: "Nunca he tenido expectativas de nada. Fluyo con la vida", afirma la artista, hoy conocida como Banila Banna.
Su nombre artístico es reflejo de su biografía y de un vínculo con la música de origen familiar: "Banna viene del apellido de mi abuelo, que se llamaba Banaclcoha, una persona muy importante para mí a nivel emocional", revela. El resto de su pseudónimo, Banila, surgió de unas risas entre amigos al probar el equipo de DJ por primera vez: "De Vanessa, Vane, Vana, Banila...". Con el tiempo, lo que comenzó siendo una broma terminó convirtiéndose en su identidad artística.

Banila Banna en uno de los festivales de 2025, el año en el que se ha estrenado en eventos de este tipo.
También de la mano de sus amistades llegó su primera oportunidad a nivel profesional. Un hueco para estrenarse dentro de una fiesta privada en la que el público enloqueció. "Cuando me compré el equipo estuve dos meses practicando y una vez que aprendí, lo dejé. Pero al año, volví a retomarlo y fue entonces cuando surgió mi primer show", relata.
Comenzó pinchando techouse en Manchester Club con la ilusión del principiante, pero su pasión era el techno, un género por el que decidió apostar y que lo cambió todo. En Demodé Mezcal Club y envuelta en el ambiente nocturno de las famosas Cuatro Calles del centro de Almería, se consolidó como referente en el techno local: "Aquí no se movía este tipo de música. La gente se sorprendía de que hubiera una chica de Almería que pinchase eso y me empezaron a llamar".
2025: el año de los festivales
Para Banila Banna, lo esencial no está en el género musical ni en la etiqueta del cartel, sino en lo que ocurre entre la cabina y el público. Su estilo no se define por un subgénero concreto, sino por la capacidad de leer el ambiente, adaptarse al momento y crear una conexión real con quienes bailan.
"Improviso, leo la pista... y dejo que fluya", explica. Y aunque su sesión termine, lo que queda no es solo el ritmo: "Cuando bajo del escenario, me dicen que no es solo la música, sino que mi diferencial es lo que transmito". Esa, dice, es la verdadera magia.

Banila Banna en uno de los festivales de 2025, el año en el que se ha estrenado en eventos de este tipo.
Y es precisamente esa magia la que la ha llevado, por primera vez, a hacer saltar a miles de personas desde los escenarios de festivales tan reconocidos como el Solazo, el BLM en Balerma y, esta semana, el Dreambeach. Como ella misma señala, "2025 está siendo el año de los festivales". Lo afirma con voz temblorosa, como si no acabase de creérselo.
"Todo es diferente en un festival. En los clubs el equipo técnico, la visibilidad y la emoción son menores, te vas acostumbrando. Lo disfrutas, claro, pero nada se puede comparar a los sentimientos después del BLM o del Solazo", reconoce la artista, aún inmersa en la resaca emocional que le dejó su actuación en Balerma. Allí no solo hizo vibrar a un público fiel, sino que vivió un instante inolvidable: Pepo, uno de los grandes referentes del techno nacional y figura a la que admira desde siempre, le regaló su camiseta como muestra de respeto y complicidad.
Unos días para el sueño
Recibir palabras bonitas de artistas reconocidos, compartir cartel con ídolos a los que había soñado ver durante años o hacer saltar a miles de personas al ritmo de los bajos... todo se resume a una experiencia para la que Banila Banna asegura no tener palabras: "Tantos años queriendo ir a un show de Fatboy Slim y ahora voy a subirme al mismo escenario que él... todavía no lo asimilo. Es muy increíble".
"Decir que ha sido mérito propio sería muy egoísta. Sin público no hay acción"
Sobre la sesión preparada para este sábado, la artista deja mucho espacio a la imaginación. Sus momentos sobre el escenario son un reflejo de cómo afronta su vida: fluidas e improvisadas. Eso sí, de cara al Dreambeach reconoce que a esas buenas vibras se le sumarán unos nervios inevitables: "Llegar hasta aquí me parece un sueño y decir que ha sido mérito propio sería muy egoísta. Sin público no hay acción".
Durante la conversación con LA VOZ, la artista admite además que, si bien es la única mujer almeriense que va a pinchar en el festival de El Toyo, nunca ha sentido discriminación por su género: "Es verdad que fui novedad en su día por ser una chica dj, pero en este mundo lo que importa es tu música; la magia está en hacer sentir a la gente, seas hombre o mujer".

Banila Banna con Cristian Varela durante un show.
Banila Banna no olvida de dónde viene ni quiénes la han acompañado en el camino. En los últimos años ha compartido cabina con figuras como Cristian Varela, Álvaro Sánchez o Alexander Kowalski, y ha pisado salas tan míticas como Industrial Copera o Metro Dance Club.
Desde eventos como The Time hasta noches inolvidables en Palo Santo, cada sesión ha sido una pieza más de un puzzle que, reconoce, jamás imaginó completar. La artista agradece el apoyo de promotores, compañeros y, sobre todo, del público: "Estoy deseando verles en el Dreambeach y recibirles con los brazos abiertos", concluye.