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La luz de los indalianos ilumina Sevilla

‘Lo indaliano y su repercusión en la plástica contemporánea’ recoge medio centenar de obras

Una visitante recorre la exposición dedicada al movimiento indaliano en la Casa de la Provincia de Sevilla.

Una visitante recorre la exposición dedicada al movimiento indaliano en la Casa de la Provincia de Sevilla.

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La embriagadora luz que desprende el sol de Almería, y que tanto ha inspirado a artistas de todos los ámbitos durante generaciones, ilumina Sevilla estos días de la mano del movimiento indaliano. Cerca de 50 pinturas del grupo artístico almeriense, pertenecientes a la Fundación Unicaja, se exponen en La Casa de la Provincia, situada en pleno centro de la capital hispalense.


Desde su inauguración, el pasado 26 de septiembre, han sido numerosas las visitas que se han registrado para conocer la obra de Cantón Checa, López Díaz y Luis Cañadas, entre otros. Aunque, sin duda, el protagonista indiscutible de la muestra no es otro que Jesús de Perceval, el indaliano por excelencia. Y precisamente eso es lo que reivindica la exposición: Como ya se extrae de las declaraciones del propio Cañadas a LA VOZ en el año 2000, lo Indaliano no se considera a día de hoy como un concepto grupal dependiente entre sí, ni como una tradicional escuela de artistas guiada por un maestro, sino más bien como una actitud, un espíritu de color y vitalidad que Perceval contagió a sus coetáneos. Es por ello que la exposición lleva por nombre Lo Indaliano y su repercusión en La Plástica Contemporánea, en un singular que huye del número de artistas que componían el movimiento para evocar, simplemente, la actitud y el sentimiento que los unía.


Hasta que encontrara su camino como indaliano, el popular pintor almeriense atravesó distintas etapas: desde una sombría y expresionista en los años 30 hasta una colorida con tintes surrealistas de los años 60 y 70, no sin antes coquetear con el postcubismo e incluso con el estilo renacentista en  la década de los 40. Estas etapas, lejos de ser independientes entre sí, llegaron a ser simultáneas durante algún tiempo, combinándose y dando lugar a algunas de sus creaciones más sobresalientes que lo alzaron como uno de los artistas más influyentes del siglo XX.


Hablar de Perceval es hablar de sus dos obras más famosas que, además, presiden la exposición: Hasta que se aniquile el que no existió y subsista el que no dejó de existir, datada de 1965, y Asunción, de 1960, envuelven al que lo observa en un halo de misterio, surrealismo y color difícil de olvidar. Pero hablar de Perceval es también hablar de Almería, de sus paisajes y sus costumbres, y ese es el auténtico espíritu indaliano que enlazaba a estos pintores. La atmósfera y la luz mediterránea bañan cada uno de los cuadros de la muestra, y enclaves como las playas de Cabo de Gata o el barrio de La Chanca, recreado en numerosas ocasiones por la peculiar forma cúbica de sus casas, son una constante en el movimiento artístico almeriense.


Por todo ello, la idea que subyace tras el movimiento indaliano es la defensa de lo provinciano y ancestral de la cultura mediterránea no como sinónimo de incultura, sino más bien como todo lo contrario. Esto es algo que no pasa desapercibido entre los visitantes: “En ningún momento se aprecia la miseria que reinaba en Almería en aquella época, y más en el barrio de la Chanca. El tratamiento de la luz y el color transmiten alegría y optimismo”, comenta un matrimonio almeriense afincado en Sevilla. “Lo que más me llama la atención es la viveza de los paisajes y sobre todo el color. No conocía el movimiento indaliano y  los colores vivos me han impactado”,  apunta Esteban, venido desde Barcelona.


En el último de los tres espacios diferenciados dedicados a la muestra en la Casa de la Provincia, se puede apreciar la influencia indaliana en la pintura contemporánea. Obras de artistas como Carmen Pinteño, Rafael Córdoba, José Plaza Plaza o Carmen Perceval -hija del fundador del movimiento- vertebran el legado indaliano desde una estética totalmente personal, sin abandonar el especial uso del color de sus antecesores


Los pintores indalianos llevaron a cabo, en definitiva, la difícil tarea de captar como pocos la luz de Almería, única y envolvente, y plasmarla sobre el lienzo sin que esta perdiera su singularidad. Y así, poder mostrarla al resto del mundo.


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