Javier Sádaba “El amor es como un trapecista, puede caer en cualquier momento”
Javier Sádaba “El amor es como un trapecista, puede caer en cualquier momento”
El ciclo ‘La mirada del hombre’ de la Fundación Cajamar recibió en la tarde de ayer al filósofo y profesor universitario Javier Sábada (Portugalete, Vizcaya, 1940), quien ofreció una conferencia acerca de ‘El amor y sus formas’, basada en uno de sus últimos libros. LA VOZ tuvo ocasión de entrevistarle antes en el Hotel Nuevo Torreluz.
¿Cuántas caras tiene el amor?
El amor es como un pulpo con muchos brazos, como un río con muchos afluentes. Hay una fuente primigenia: unos instintos primarios, la fuerza libidinal, donde lo primero que se coloca es el amor-pasión, que la naturaleza ha puesto ahí para que gocemos y así nos reproduzcamos. También hay otros amores, como la amistad, el amor de padre o madre, el místico o el universal. Así que caras, muchas; facetas, bastantes; pero el núcleo de todo es el amor-pasión.
Muchas caras pero un sentimiento muy difícil de definir.
Dificilísimo. Sería una osadía muy grande por mi parte meterle el bisturí a una emoción tan profunda, porque puedes pinchar en hueso. Sin embargo, me molesta por qué los filósofos han huido de hablar del amor, por qué le tienen miedo: si es difícil, razón de más para entrar en él. Hay excepciones, como ‘El banquete’ de Platón, pero en general es como si le tuvieran pánico. Porque se escapa, es como echar agua en una cesta, y al filósofo eso siempre le descoloca. Y también lo ven como una cuestión menor, y ahí se confunden. Esa ha sido una de las razones del libro: el amor es lo que más importa. Es difícil entrar pero hay que hacer el esfuerzo e intentar dar una definición. La que más se puede acercar es la de un profundo deseo de unirse o fundirse con alguien y que produce una gran satisfacción. Y eso sí, que siempre tiene una gran sombra: el desamor. El amor es como un trapecista, puede caerse en cualquier momento.
¿Y el amor en tiempos de crisis?
Las flechas del amor se imponen siempre: en crisis, en las guerras, en las epidemias... Otra cosa es que en una situación tan grave como la actual las relaciones afectivas se hagan más difíciles y pasen a primer plano otro tipo de necesidades. El contexto no es bueno pero también te diría lo contrario: igual que en las crisis sale lo peor de la gente, también sale lo mejor. Con el amor diría lo mismo: aparte del repliegue afectivo, existe un amor más puro cuando se da.
¿Se ha devaluado el concepto de amor-pasión en estos tiempos?
Tiene su historia y sus espacios. Sí que creo, contra lo que algunos han dicho, que el amor es transversal y que no hay sociedad sin amor-pasión. Cada época tiene su momento y el amor romántico es una época distinta, de la que habría que recuperar cosas. Nuestra sociedad es mucho más globalizada, por lo que se pierde el tú a tú. O es el amor ‘tupper-sex’, todo en un lote, o el aquí te pillo, aquí te mato, todo muy rápido. Pero la gente sigue enamorándose como antes, luchando contra los escollos, intentando ver a la otra naranja en la persona que encuentra. Por eso, por muchas crisis que haya, el amor sale adelante.
Severo Ochoa dijo que el amor era física y química. ¿Está de acuerdo o falta algún ingrediente?
Estoy de acuerdo en un tanto por ciento elevado. Estamos condicionados por la bioquímica pero no determinados. Me interesa mucho la genética y la bioética pero creo que es una exageración pensar que estamos completamente determinados por lo