Un vinilo.  Así de rotundo. El irresistible poder de sugestión de este formato se suma a una de las últimas propuestas musicales de Juan Manuel Cidrón, en el álbum Patagon, editado por el sello Geometrik y que ya está en los escaparates de las tiendas de discos más exigentes de Europa, e incluso de Estados Unidos. El propio autor comenta que esta edición supone para él un auténtico premio, ya que actualmente el disco de vinilo está viviendo una especie de resurgir, sólo apto para un público que entiende de música y de sonido. En ese contexto se ha fraguado Patagon, con todas las bendiciones de Geometrik  vinculado con el mítico Esplendor geométrico y famoso por su riguroso criterio selectivo.

Detrás de este proyecto está también Munster Record, una referencia en cuanto a la reedición de vinilos legendarios y  nuevas aportaciones, que ha encontrado un ejemplo perfecto en la música de Cidrón, basada en el sonido analógico. Respecto a esta característica, el autor comenta que el vinilo sigue ofreciendo la “auténtica realidad del sonido” frente al efecto “máscara” del soporte digital, aún más acentuado en MP3. Quizás por eso, algunos de los trabajos más significativos de su ya larga trayectoria, como Sonido para acciones, se han convertido en pieza de culto para coleccionistas.

El disco ha sido fabricado materialmente en la República Checa, con una impresionante calidad material, que se percibe sólo con tomarlo entre las manos y apreciarlo como objeto. En ese sentido, también influye la portada, a partir de una foto de Marina del Mar, en un trabajo de diseño del también creador almeriense, José Manuel Sánchez.

Patagon es un planteamiento vital convertido en música, en el que un paisaje desnudo, que no desolado, permite mirar hacia el infinito y, al mismo tiempo, sumergirse en la profundidad interior del espectador.