Hay artistas con los que nada resulta ser lo que parece. Ara Malikian (Líbano, 1968) es uno de ellos. Este músico ha elegido alejarse de los tópicos que rodean a la música clásica pese a que no concibe abandonar su violín ni por un día. Pero una vez en el escenario, comienza un torbellino de música que pasa por todos los géneros posibles; desde Mozart hasta los Rolling Stones. 

Tampoco el lugar elegido para la llegada de su gira a Almería este viernes será lo que parece. Malikian ha asegurado en la Cadena SER que “para que el público sienta más intimidad disfrazaremos la Plaza de Toros como un corral de comedia”. Y es que el concierto de ‘La Increíble Gira de Violín’ se basa en precisamente en el instrumento que ha acompañado a Malikian casi desde la cuna. “Cuando nací mi padre me puso un violín en la barbilla y desde entonces se me ha quedado ahí clavado”, bromea antes de reconocer que se siente “feliz por volver a Almería”.

Relación con Almería

No son palabras vacías que busquen contentar a sus seguidores y que cualquier artista podría lanzar. Malikian conoce y quiere a esta tierra por sus anteriores conciertos y porque es la elegida como su lugar de vacaciones. “Me unen muchas cosas a esta tierra. Su gente, que me recibe siempre con mucho cariño, los amigos y su belleza. Es un secreto, pero ahora cuando tenga dos semanas libres iré a Cabo de Gata a descansar. Es una tierra que me atrae mucho por su gente y su belleza”, desvela el artista afincado en Madrid. En esta nueva gira cuenta “la historia de mi violín a través de la música. Tocaremos obras de mi último álbum y música clásica como Bach o Mozart pero también contemporánea como Led Zeppelin o David Bowie”. Se trata de un gran espectáculo con mucho significado para el músico porque el protagonista, su violín, “es el de mi abuelo y su recorrido es una historia muy peculiar, diferente pero también dramática y divertida. Aprovecho esta gira para contar su historia con la música”.

Su imagen de artista rebelde (ha colaborado con grupos como Extremoduro) pero sin olvidar la música clásica le hacen atractivo para prácticamente todo tipo de público. “Con la única cosa que no me identifico es con la imagen típica del violinista clásico. Esa imagen del violinista estirado y arrogante ha hecho mucho daño a la música clásica. A veces ha espantado a mucho público joven. No quiero ponerme un disfraz de algo que no soy, quiero tocar la música que me gusta ami manera y como soy yo”. Este viernes ofrecerá una nueva oportunidad para conocerle sobre el escenario en la Plaza de Toros a partir de las diez de la noche.

Infancia de sacrificio

Que Ara Malikian no limite sus actuaciones a la música clásica ha supuesto una oportunidad para que muchas personas conozcan por medio de este vionilista a grupos “como Metallica” pero también ha funcionado a la inversa. “El público clásico acostumbrado a Mozart de repente escucha a Metallica y le encanta. Y quien escucha Radiohead o los Rolling Stones de repente escuchan a Vivaldi y se enamoran. La música es grande: emociona y da igual qué época y estilo sea. Estoy muy agradecido porque el público responde, acude a nuestros conciertos y disfruta”. Pero llegar tan alto como Malikian no es sencillo. Su infancia fue como la de otros tantos niños que se forman en el arte de la música clásica. “Es verdad que hoy puedo hacer lo que me gusta: tocar y compartir la música. Es la cosa que más feliz me hace. La única época difícil ha sido cuando era niño, teniendo que sacrificar muchas cosas. Ha veces no podía jugar con mis amigos porque mi padre me encerraba en una habitación a estudiar. Lo pasaba mal porque yo quería jugar pero es verdad que hoy en día estoy agradecido a mi padre”. Algo que, tiene claro, no repetirá con su hijo pese a su felicidad como músico. “Prefiero que mi hijo juegue y haga lo que hace un niño de 4 o 5 años hace normalmente. Pero estoy eternamente agradecido a mi padre”, matiza.