Cómo salvar de los insectos 422 documentos de los siglos XVI y XVII
Cómo salvar de los insectos 422 documentos de los siglos XVI y XVII
El interior del Archivo Histórico Provincial se asemeja más estos días a una nave espacial, incluso a un hospital de alta resolución, que a un centro para la custodia y la consulta de libros antiguos. Una burbuja hermética, cubierta de una lona plateada, contiene 422 protocolos notariales de los siglos XVI y XVII que a punto han estado se convertirse en pasto de los insectos. Se trata de un tratamiento de atmósfera controlada que consiste en extraer el oxígeno del recipiente y aplicar nitrógeno para erradicar este pequeño brote ‘bibliófago’.
Rentokil Control de Plagas es la multinacional con sede en Sevilla y Málaga que lleva a cabo este tratamiento innovador, valorado en algo más de 2.000 euros. “Sacamos el oxígeno durante horas, pues el papel tarda en soltarlo, después por una válvula vamos metiendo el nitrógeno puro. Al ser un gas inerte, no hay ningún riesgo para los que estamos alrededor. Este procedimiento se repite durante un mes”, explica Manuel Rubio, de la empresa especializada.
Según la directora del Archivo, María Luisa Andrés, en los años que lleva al frente del organismo nunca se había producido un infección de estas características en sus depósitos. “Este bicho vuela, pone sus huevos en un documento entre la cubierta y el lomo y, cuando llega el momento, eclosionan y sale un gusano pequeñito que se lo va comiendo. Seguramente pusieron los huevos años antes de llegar aquí”, apunta.
De cara a combatir estos brotes, los depósitos del Archivo tienen controlada la temperatura y la humedad. “Hay tubos para renovar el aire y procurar que no proliferen ni la fauna ni la flora. A pesar de eso, en un determinado momento, porque ha llovido más o esté más húmedo el ambiente, puede que eclosionen. En este caso ha ocurrido”, añade Andrés.
La información que contienen estos protocoles notariales es la base para conocer la historia de Almería. “Son las escrituras que hace un notario a lo largo de un año. Las investigaciones que se pueden hacer con ellas son muchísimas. Es la documentación más consultada por los investigadores en el Archivo”, subraya María Luisa Andrés.
Desafortunadamente, en algunos de estos libros los insectos ya han actuado y restaurarlos es costosísimo. “Sólo rescatamos los más singulares y digitalizamos el resto para que los investigadores los consulten en la pantalla de un ordenador. Ya vendrán tiempos mejores para restaurar”, concluye.