Uno de los campos más concurridos de España era noticia hace unos meses al quedarse fuera del Mundial de 2030 por no encontrar alternativas para ubicar a la numerosa afición albiazul. El campo está en el centro de la ciudad y su aforo se completa la mayoría de los partidos y se hace necesaria una ampliación o buscar alternativas en otra zona de la ciudad, y en ello está el Ayuntamiento de Málaga. Se necesita un campo con un aforo mínimo de 45.000 o 55.000 aficionados para atender la demanda de un club en constante expansión. No importa la categoría ni el rival: La Rosaleda se llena y se ha quedado pequeña.

Un convenio de colaboración une a las grandes administraciones para la rehabilitación del actual campo o afrontar una obra ambiciosa en otra ubicación que sería la mejor opción para no mover ni al equipo ni a sus seguidores con obras en la ubicación actual. Málaga no estará en el Mundial de España, Portugal y Marruecos, pero no perderá el tren del progreso ya que son conscientes de la necesidad de ampliar La Rosaleda y valorar si su actual ubicación es sostenible aumentando el número de butacas, o se opta por ese nuevo campo que para los nostálgicos haría perder la historia del actual recinto donde se ha fraguado el éxito de un club que ha cambiado de nombre pero nunca de afición: ejemplo para toda España por su enorme fidelidad.

Un nuevo campo sin limitación

Los seguidores del Málaga están al tanto de todo lo que se cuece a nivel institucional con el templo de su club. La ubicación de La Rosaleda limita y un nuevo escenario daría la posibilidad de tener un recinto con una capacidad ampliable sin necesidad de traslados. Si se aprueba un nuevo campo haría su último servicio el actual, para dar relevo al nuevo que puede tener una capacidad inicial para 45.000 butacas y la infraestructura de 55.000. No entrar en el Mundial vino condicionado en gran parte por reubicar a los aficionados, tema que queda superado con un nuevo escenario.

Una ampliación que condiciona

Aumentar la capacidad del ahora templo del fútbol malagueño lleva sus riesgos porque el campo está en pleno centro de la ciudad y dotarlo de mayor aforo lleva implícito dotar de aparcamientos la instalación y sería este el caballo de batalla. Se van a estudiar todas las posibilidades pero La Rosaleda actual limita mucho en el apartado de aparcamientos y a la hora de perder un espacio en la ciudad donde se unen los sentimientos de toda una provincia cada día de partido. Hay campos con alma y La Rosaleda la tiene: pueden dar fe de ello los rivales que la visitan.