Es almeriense por los cuatro costados y ha ido a la mejor de las escuelas. Su formación es de las mejores ya que ha sido entrenado por Vicente del Bosque y los grandes preparadores del Real Madrid. Tiene el acento madrileño de fondo porque ha pasado muchos años en la capital de España y su método de trabajo se basa en la educación y la sensatez. Se puede ser ganador sin levantar los brazos y su alma del Zapillo la oculta su sensatez y respeto. Ha vuelto a su casa porque siente los colores del Almería. Cargó con el ‘mochuelo’ de dirigirlo en su peor temporada como Club de Fútbol y lo devolvía a donde estaba cuando lo cogió.

José María Salmerón es el último entrenador de los hombres de Guillermo Blanes, siendo Lázaro López Freniche el que le transmitía la peor de las noticias cuando en enero de 2001 siendo ya Unión Deportiva Almería, una mala racha terminaba con su labor y se apostaba por Casuco. No tardaba en regresar para trabajar con el filial ya con Alfonso García Gabarrón y lo ascendía por primera vez a la categoría de bronce. Tuvo a su lado a Francisco Rodríguez Vílchez, que le pedía entrenar para no perder la forma y acabó a su lado: porque Salmerón es buen entrenador y mejor amigo. Su legado en las bases del Almería está al alcance de todos y no necesita presentación en el club rojiblanco.

Forjado en el Real Madrid

Salmerón nunca ha dejado de ser un niño aplicado de familia de futbolistas porque su padre ‘El Miguelete’ y su tío, le metieron el fútbol en el alma para siempre. Empezó jugando de todo y no tardaba en hacer una prueba con el Real Madrid y allí se quedó para lanzar su carrera. Viviendo en una pensión y con la estrechez de una familia humilde, iba creciendo en la desaparecida Ciudad Deportiva en la que llegó a coincidir con otros almeriense como Carlos Cano. Tuvo a los mejores entrenadores pero ninguno como Vicente del Bosque que le marcó para siempre y con el que mantiene una sana amistad.

Llegó a debutar con el primer equipo y trabajó con todos los entrenadores que pasaron por el Santiago Bernabéu hasta que una grave lesión lastraba su escalada. Se recuperó para salir cedido al Tenerife donde triunfaba, y en la recta final de su carrera, Antonio Gómez Pomares lo llamó para que fuera el director de orquesta de un Polideportivo Almería plagado de almerienses. Colgaba las botas en el Poli y se puso con los libros para ser entrenador, creciendo desde abajo y logrando su primer gran éxito con el San Sebastián de los Reyes al que subía a Segunda División B.

El Almería va en su ADN

Ha vivido siempre ajeno a las luchas entre Poli y Ceefe y llegó a trabajar para los dos Almerías divididos sin sentido. Uno de los primeros clubes de su carrera era el fundado por Guillermo Blanes al que llegó para forjar jugadores del mañana y saltaba a la primera plantilla en el peor de los momentos tras la marcha de Ramón Blanco con el equipo tocando fondo. Salmerón tomaba las riendas y acabó aquellos cuatro partidos con un club sentenciado a la Tercera División. A la temporada siguiente lo rescataba y le pilló la transición y se lo llevó por delante.

La temporada 2000- 2001 la empezaba siendo el entrenador del Almería CF y era despedido como técnico de la Unión Deportiva porque se lograba el ansiado abrazo entre clubes hermanos. Era su presidente Lázaro López Freniche y de la noche a la mañana lo que era bueno para el CF no valía para la Unión y la primera mala racha se lo llevaba por delante y se apostaba por Juan Casuco. No se tuvo miramiento ni se reparó en su legado y salía como un señor dejando para la historia ser el primer preparador despedido por el nuevo club.

El alumno de Vicente del Bosque

A lo largo de su carrera ha conseguido ascensos de categoría sonados a la Segunda División, permanencias milagrosas y rescates en tiempo récord. Vale para todo y su método de trabajo es fiable ya que conoce bien las artes de su trabajo y controla todo el fútbol nacional e internacional. Es serio y reflexivo. Tiene mucha escuela detrás porque su referente ha sido Vicente del Bosque con el que mantiene una sana amistad. Sabe transmitir sus ideas y los equipos que entrena saben defender bien y tienen en los resultados la clave del éxito. Salmerón sabe bien donde está el pan del fútbol y se lo pone de manifiesto a sus jugadores: veteranos y noveles.

Vicente del Bosque va en su libro de estilo y todo lo que aprendía de el lo ha sabido inculcar a los jugadores que ha entrenado a lo largo de su carrera. La Escuela del Real Madrid marca para siempre y los valores aprendidos han marcado su muy extensa carrera como entrenador. No es de mirar hacia atrás y siempre le gustan los grandes retos con la maleta preparada porque sabe a lo que se dedica. Ha dirigido al primer equipo del Almería y le han dado un ‘caramelo’ con una generación de futbolistas, como aquellas que le entregaban a Vicente del Bosque para que los convirtiera en estrellas del balón. Muy vivo en el banquillo lee los partidos como pocos.