Es tan bonito y tiene tanto que contar que no pasará inadvertido para las nuevas generaciones gracias al trabajo de dos hombres que han seguido la vida del Sporting de Gijón y crecieron en un campo que nunca pasa inadvertido por todo lo que se vive en los partidos. En las páginas del Mundo Deportivo aparece una obra imprescindible para el fútbol español, ya que El Molinón ha sido un campo proyectado a toda España en aquella televisión de los años 60 cuando se daban los partidos y se miraba con admiración la fidelidad de una gran afición con un equipo que subía a Primera en un partido televisado y se quedó en la parrilla de la programación. Desde Andalucía ver llover sobre El Molinón era algo muy especial.

Conocer el Molinón para cualquier aficionado al fútbol es un privilegio y ha ido mutando con el paso de los años hasta la configuración actual. El Mundial de España en 1982 cambiaba su fisonomía cuando las gradas crecieron y la capacidad iba en aumento. El campo que vimos los españoles por la televisión ofrecía un terreno de juego en buen estado para lo que se estilaba a nivel de drenaje en aquel tiempo, y los rivales sufrían como ahora, para ganar en Gijón al Sporting. Coleccionar estampas de fútbol con los campos de los equipos presentaba la dificultad de encontrar el cromo de El Molinón que como el del Carlos Tartiere mostraba el fútbol asturiano en todo su esplendor.

Un libro para las nuevas generaciones

Los periodistas José María Ceínos y José Luis Rubiera han dejado para la posteridad la obra que necesitaba uno de los templos de nuestro fútbol que lleva el nombre, apellido y apodo de una estrella tan querida en toda España como Enrique Castro Quini. Son 117 años de historia de un templo del fútbol que por años que pasen se mantiene en el mismo lugar y el aroma que destilan su césped y sus gradas repletas queda grabado a fuego. Una obra que se hace imprescindible para esos jóvenes aficionados que van al campo del Sporting a todo confort con las butacas de plástico como asiento cuando hubo localidades de pie a lo largo de la historia.

Pasar por la Costa Verde y no pisar El Molinón ‘tiene multa’ ya que vivir un partido o simplemente pisarlo es un lujo al alcance de pocos. Es tanta la historia del club y tantos lo futbolistas que marcaron época que el Sporting ha sido siempre un segundo equipo para todos y su campo un escenario donde ganar no era tarea fácil, porque el equipo rojiblanco siempre se empleaba al límite y la Primera ha sido su categoría por historia. El libro ha salido con la temporada en marcha y ganas de volver con los grandes. Queda mucha Liga y el Sporting siempre mira a Primera.

Pegados a la televisión viendo como llovía

En el sur de España como en el de California (que dice la canción) vivir un partido bajo la lluvia no es algo habitual y en aquellas tardes de domingo cuando le tocaba al Sporting de Gijón contra el Athletic de Bilbao que era uno de los partidos tipo para la TVE daba gusto ver como jugaban a la pelota sobre el césped encharcado los equipos, porque el campo drenaba hasta donde lo permitía la ‘tecnología’ de aquellos tiempos y era fácil ver a los jugadores deslizarse por el agua y caer y levantarse mil veces para conseguir la victoria.

No todo era Real Madrid o Barça a la hora de retransmitir un partido de la Primera o Segunda División, porque con el Sporting se tuvo el bonito detalle de televisar un encuentro cuando el equipo había logrado volver a la élite y fue toda una novedad. El Molinón forma parte de nuestras vidas y no solo por la película de José Luis Garci ‘Volver a empezar’, que también. Hay que pisarlo aunque sea una vez en nuestras vidas y comprobar que supera en vivo aquellas imágenes bajo la lluvia con un sabor a fútbol de antes que se está perdiendo con el paso de los años. Larga vida a El Molinón y a los autores de una obra imprescindible. Cómo llovía sobre Gijón en los 60 y 70, o serían aquellas cámaras de la televisión.