LA OPINIÓN DEL DÍA: Si ni con Juan Rojas nos ponemos de acuerdo mal vamos. El hombre que supo unir para siempre a los dos Almerías no se merece esta situación. Esto sucede por no conocer el legado de un futbolista que pasó de Regional a Primera con la camiseta del Almería y fue entrenador, directivo, concejal de Deportes y el impulsor de la Unión Deportiva, poniendo la misma camiseta a dos clubes divididos durante diez años en una guerra sin sentido. No se lo merece ni Juan Rojas ni su familia. Una gente tan sencilla y buena que ama esta tierra no puede asistir a esta situación con un trofeo que aparece y desaparece a capricho. Menos mal que se mantiene el nombre a su campo, aunque sea de rugby.

Qué espectáculo señores. Los que conocieron a Juan Rojas saben que nada tiene que ver con la que se ha liado con el partido de Cristiano, los precios, y sea o no su Memorial. A él que tanto dio al Almería poco le hubiera importado, pero a los almerienses todo lo que está pasando no es agradable. Esto nada tiene que ver con una leyenda del Almería y con su familia. Las cosas no se hicieron bien y lo del Trofeo o Memorial es para nota. Qué poco amamos lo nuestro. Y pronto olvidamos el legado de un futbolista irrepetible y de una bella persona que amó a su Almería sin fin. La Unión Deportiva fue su gran obra.

Juan Rojas hizo la Unión Deportiva Almería

No la pudo ver hecha realidad pero antes de morir unió el fútbol de su tierra. Lo hizo desde su condición de concejal de Deportes y como un almeriense más. Sentó en la mesa a dos clubes divididos durante una década de guerras sin sentido y vistió con una misma camiseta a presidentes que parecían irreconciliables. Eligió a los mejores para que nada fallara y si la llamada era de Rojas: todos presentes.

Un infarto se lo llevaba para siempre y su legado está en ese club ahora de Mohammed Al-Khereiji que se ha olvidado de su Memorial, sin nadie que se lo recuerde: en Almería somos así. El club ahora es una empresa y va de números la cosa y no de sentimientos. El pasado no cuenta y se vive el presente por encima de todo. El camino recorrido está en la hemeroteca y si Turki, Alfonso o Blanes se olvidan… Para qué recordar a Juan Rojas, pensarán.

Vio nacer y morir al otro Almería de Primera

Lo aplaudí con todas mis fuerzas en el Estadio de La Falange y en el Franco Navarro. Era Juan Rojas Peña un futbolista aficionado, como se decía antes. Como tantos otros salía de la calle hacia el Baleares, Plus Ultra y Calvo Sotelo de Puertollano antes de volver a su Almería, que presentaba un nuevo club: Agrupación Deportiva. Jugó en Regional y en Primera. 

Fue capitán, entrenador, directivo y para la afición: el número uno. Su legado futbolístico es enorme y los aficionados más veteranos jamás le olvidarán: orgullosos “del Chiquitillo” como dice Gregorio Mollejo. Ver morir a su Almería fue un golpe al corazón.

Murió en la flor de la vida dejando huella imborrable

Fue comentarista de la Cadena SER con Gregorio Mollejo y Salustiano Polo: eso es fútbol. En LA VOZ de Almería dejaba sus frases mitológicas: “El fútbol es cíclico”, “El club es el reflejo de su afición”, “Los presidentes no están para poner dinero”, “Para mí la afición de Almería nada tiene que envidiar a otra”, y la mejor de todas: “Los futbolistas de Almería son los mejores”. 

Gregorio siempre le daba ‘caña’ y Polo con esa seriedad y rigor le daba la palabra como tantos balones de gol cuando jugaban juntos. Un 15 de agosto, creo recordar, volviendo a casa con la familia de vacaciones escuché en la Cadena SER: “Ha muerto Juan Rojas”, se me helaba la sangre, era tan joven y tenía tanto bueno que hacer por su ciudad. En fin.