Lo dijo Rubi y todo el mundo lo sabía. Le pasaba también a Vicente Moreno cuando entraban y salían futbolistas con la temporada en marcha. Si el pasado verano parecía el no va más con la plantilla más cara de la historia esperando una llamada para ser rescatados de Segunda, ahora, la situación se agudiza para unos futbolistas que no paran de perder valor de mercado y les sale caro competir con el Almería. El entrenador al cierre del mercado respiraba tranquilo y veía a sus jugadores más enchufados y “no pendientes del móvil”. Ha vuelto a pasar otro verano.

Los profesionales del Almería van a la oficina y el entrenador los pone a punto sin saber a ciencia cierta si se quedarán o volarán. Veteranos y noveles visten la rojiblanca soñando con otros clubes que paguen más y sean de superior categoría. Es el peaje que tiene que pagar un club con jugadores de mucho nivel y alta ficha cada verano. No debe ser fácil trabajar en estas condiciones, pero como les pasa a todos sus rivales: toca aguantar. Las estrellas saben que no continuarán y cada día que pasa se acerca el gran momento y cuando empiece a rodar el balón, queda un mes para ello, saldrán al campo como futbolistas de Segunda: menudo problema.

El club está por la labor pero...

La situación no es nueva para el Almería pero van dos temporadas con los jugadores más caros de todos los tiempos a los que hay que buscarles destino. Los agentes se mueven y el club no está cruzado de brazos, y los tiempos del mercado nadie los controla. 

Lo mejor es que van a la oficina y se ponen a punto para el Almería con la rojiblanca como primera camiseta, y en sus cabezas un salto de calidad deportiva y económica a la que nadie renuncia. Su elevado caché deportivo y una ficha que pocos clubes pueden asumir son un freno. Y si se pasa revista a la cláusula de cada uno de ellos la venta roza lo imposible. Toca esperar.

Un entrenador que conoce bien el paño

Rubi ya sabe de que va el mercado y como sus compañeros de profesión prefieren que se cierre antes del comienzo de la temporada porque el ‘ruido’ en el vestuario indica nervios en los profesionales. 

No es fácil empezar LaLiga con Luis Suárez de ‘9’ ante el Albacete sabiendo que puede firmar el contrato de su vida: ¿en qué condiciones saltará al campo? Otros, que como el colombiano, acumulan dos temporadas en Segunda y ven las plantillas casi al completo, entran en ‘pánico’ y se ponen la rojiblanca soñando en lo que pudo haber sido: la situación no es fácil.

Los futbolistas juegan donde quieren

Es una regla no escrita en el fútbol, al final cada uno compite donde quiere, porque tienen la última palabra los profesionales. El Almería siempre atiende la decisión del futbolista antes de cerrar una operación pero mientras se produce: se entrena con la cabeza en otro sitio. Los clubes más expuestos al mercado son vulnerables en las primeras jornadas y cuando se cierra el periodo de contratación aumentan el rendimiento. Los profesionales van a la oficina sabiendo que puede ser el último día con Rubi y cuando comience a rodar la pelota: con la rojiblanca puesta y soñando en otros clubes.