Se ha ganado retirarse en el Almería. Puede sonar fuerte porque en ningún momento ha hablado públicamente de colgar los guantes y dejar el fútbol, pero Fernando Martínez Rubio (35 años) es ya leyenda del Almería y tanto él como el club han puesto encima de la mesa los pros y los contras y el acuerdo ha sido total para renovar su contrato hasta el 30 de junio de 2026. No es nada habitual en el fútbol actual que un deportista esté nueve temporadas en un equipo, pero el murciano ha roto el guion. ¿Por qué?

Primero porque es un valor seguro para el club, un portavoz más y capitán de vestuario. Por desgracia en los dos últimos campeonatos se le ha requerido para apagar incendios en lugar de hablar de lo deportivo, ya que el equipo ha dado más decepciones que alegrías. Para entender las claves de la renovación de Fernando hay que viajar a 2017.

Cuando vino gratis del UCAM Murcia al Almería de Alfonso García supo estar a la sombra de René Román sumando y no restando. Para un portero la vida de banquillo es difícil y él tuvo que esperar su momento una temporada después. Sin hacer ruido aceptó la suplencia y vivió la transición Alfonso-Turki hasta convertirse actualmente en el único ‘superviviente’ en la plantilla.

En los momentos más duros de la entidad

Fernando estuvo en Lugo cuando Almería casi desciende a Segunda B y prácticamente desaparecer. No jugó en el Anxo Carro, pero sí arropó a René Román. Casi 300 rojiblancos llorando de felicidad porque veían muy de cerca el abismo y Fran Fernández tuvo que tirar de cuatro niños del filial, ya que otros se bajaron del barco. Él no lo sabía, pero estaba empezando a escribir su bonita historia rojiblanca. Con el técnico almeriense le costó más jugar y cuando cambió de dueño hizo frente a situaciones inesperadas.

Aguantando por más porteros que venían

Llegó Guti y el Almería, que todavía se estaba asentando con la nueva propiedad, dio salida a René y fichó a Sivera, aunque poco a poco Fernando iba entrando más en los planes del entrenador. Con Makaridze se fue intercambiando titularidades y la regularidad total la alcanzó con Rubi hasta tal punto de ser Zamora de Segunda en 2022. También ha esperado en la sombra sin hacer declaraciones públicas exigiendo minutos con el portero más caro de la historia en plantilla, ya que Maximiano costó 8,1 millones. Tampoco Pacheco acabó jugando.

Renovación más allá de lo deportivo

Fernando es capitán, portavoz del club, ejemplo de continuidad en un club donde a buen seguro continuará en otras labores cuando deje los guantes. Si alguien se ha ganado el derecho a elegirlo es él. El contrato no ha sido difícil de cerrar, ya que se va año a año. En cuanto salga Maximiano llegará otro portero y estará dispuesto a luchar por la titularidad sin malas caras. El acuerdo no va solo con lo deportivo, sino por lo que supone Fernando como nexo de unión con la afición.

Diferentes puntos de vista entre la afición

Hay quien considera que Fernando ya ha cubierto un ciclo en el Almería y que cada año que pase puede hacer que se diluya su flamante historia en el club, por lo que esta renovación no tiene sentido. Otros lo consideran pieza indiscutible sea titular o no por la labor de vestuario, tan importante en estos últimos años y que ha brillado por su ausencia en la casa rojiblanca, sobre todo el año pasado en Primera. El nuevo Almería también pasa por el trabajo de Fernando con los que lleguen nuevos al equipo.

Un perfil de los que casi no quedan

Nueve años en un club en el fútbol moderno ya es toda una hazaña. Es el perfil de jugador humilde que sabe aceptar la realidad, como ser suplente de Maximiano y no abrir la boca durante los dos últimos años y servir de ejemplo a los que vienen por detrás como Iribarne. Si el murciano de 35 años quiere seguir y el club ha dado el OK es que suma mucho dentro y fuera del campo.

Carisma, humildad y continuidad en el Almería. Fernando es más que un portero en el club y en la ciudad.