En su última aparición en los medios de comunicación, el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, ha estallado y ha dejado claro que todo tiene un límite, en clara referencia a aquellos que lo insultan. Está dispuesto a echarlos del Nuevo Mirandilla porque no es de recibo tener que aguantar una contante falta de respeto al llamarlo “mafioso” e “hijo de puta”. Los insultos han llegado a desearle la muerte y la paciencia se agota, para un dirigente que ha vivido una temporada de decepción ante el rendimiento mostrado por el equipo y algunos jugadores que no han dado el rendimiento esperado. No se ha cortado al afirmar que sintió “vergüenza” en algunos partidos. Y considera que su equipo se había “arrastrado” en muchos campos. Un mensaje claro para el vestuario.

Manuel Vizcaíno se encuentra al frente de un gran club al que se le exige mucho más de lo ofrecido, máxime al ser uno de los descendidos de Primera División. Mientras Almería y Granada han llegado a la última jornada con opciones de luchar por el ascenso, el Cádiz con dos entrenadores y una gran plantilla, no ha tenido opciones de luchar por la categoría perdida y, esto, hace reflexionar a Manuel Vizcaíno para la campaña venidera donde se van a buscar futbolistas con “hambre de verdad”, dice un presidente que no pregona la Primera, tanto como alcanzar los 50 puntos antes que luchar por nuevos retos en una categoría tan complicada. Decepcionado con muchos futbolistas, ha dejado claro que el presupuesto de la campaña 2025-26 “disminuirá”.

Sillón

Ser presidente de un club implica una enorme responsabilidad y en LaLiga lo que se estila cuando los resultados no se dan y el equipo no marcha bien, es una ‘pañolada’ al palco y aguantar. Siempre desde el debido respeto y lejos de lo que ha tenido que vivir el mandatario amarillo, por todo lo anteriormente expuesto, por parte de unos mal llamados aficionados que van a ser expulsados del campo. No todo vale. Pagar el precio de una entrada da derecho a ver un partido cómodamente sentado, pero de eso a cargar contra el que manda va un abismo, y ha llegado la hora de pararle lo pies a esos que insultan y piden la muerte de un presidente, que no se arruga y plantará cara a esos que le faltan al respeto. Al fútbol se va para divertirse y el Cádiz es pura alegría, siempre.

Modelo

El Cádiz bajaba de Primera y se las prometía muy felices con el dinero que da LaLiga y una gran plantilla dispuesta a volver. Se apostaba por Paco López para el banquillo y acabó Gaizka Garitano, que tiene contrato en vigor. El primero era cesado de sus funciones con el equipo en puestos de descenso y con Garitano se salía del peligro y se miró al Play Off y no ha llegado pero al final el equipo amarraba la permanencia, que va a ser el primero de los objetivos de la campaña que viene, ya que Manuel Vizcaíno se ha aprendido la lección y sabe lo exigente que es la categoría. El Cádiz que viene va a contar en su plantilla con futbolistas con “hambre de verdad”.