Míster, ¡Vete ya!

Vicente Mir se marcha cansado de escuchar las 'coplillas' de la grada.
No todo vale para los banquillos. No todos los palos se los va a llevar el entrenador y cargar con las culpas de un vestuario. Unos se aferran al cargo y otros salen volando porque la vida va más lejos de unos marcadores y unas coplas de la grada que llegan al corazón. En Almería conocimos los cánticos a Gonzalo Arconada para que dimitiera, con el equipo en puestos de Europa, y otros con un Almería en la cola se aferraban al contrato y no cedían por mucho que le cantaran. Por suerte hay entrenadores que dejan huella y uno valiente como, Vicente Mir, que harto de ‘coplillas’ ha dejado el banquillo del Alcoyano y se ha marchado. Tras caer en casa con el Fuenlabrada por (2-4) y siendo el tercer entrenador de la temporada, no se lo pensó y dejaba claro que: “No me han cesado, he sido yo quien ha presentado la dimisión”. Con el equipo viendo peligrar su plaza en la 1ª RFEF ha decidido dar un paso al frente y acabar su etapa en Alcoy. “Puedo entender lo del ‘¡Vicente vete ya!’ pero no que te insulten de esa manera. A ningún trabajador le gusta que le insulten de esa forma", insistió. Cansado. Vicente Mir se marcha con honor
Vicente Mir ha roto moldes establecidos en los banquillos con entrenadores aferrados a un contrato capaces de aguantarlo todo en el banquillo. No se suele dar el paso que ha dado Vicente Mir que es un entrenador muy conocido en el fútbol nacional, de su etapa en grandes clubes como Real Murcia, Elche y Hércules de Alicante entre otros. A sus 57 años está capacitado para aguantar la presión, pero no esos insultos y descalificaciones que llegan desde la grada. Es mejor dar el paso y seguir la carrera en otro lugar. Suele pasar que cuando un club va a por el cuarto entrenador el problema no está en el banquillo y es la plantilla la que ha colocado a la entidad en esa situación.
Los números de Vicente Mir no eran los esperados a nivel de grada y las ‘coplillas’ se empezaban a repetir y ha obrado el preparador valenciano por dar un paso decisivo, que no se estila en un fútbol español donde se suele dar el cese fulminante cuando no llegan los marcadores, porque no son dados a dar un paso los técnicos cuando los resultados, que son los que mandan, no llegan,
Señor
La temporada la empezaba en el campo de El Collao con Vicente Parras de entrenador y le sustituía Juli Cerdá, siendo el tercero de la lista el ya dimitido Vicente Mir. El Alcoyano no ha despegado hacia lugares tranquilos de la clasificación y los marcadores han terminado por instalar al equipo al borde del descenso. Van a por el cuarto entrenador y los números del dimitido entrenador no han dado para instalarlo en la zona tranquila. Con ocho derrotas, tres empates y tres victorias hizo lo que pudo y al final ha optado por dar un paso al lado y acabar con su etapa y volver a disfrutar de la vida porque no todo vale a la hora de dirigir a un equipo y las ‘coplillas’ de la afición no siempre tienen gracia.
Contrato
El paso dado por Vicente Mir no es habitual en nuestro fútbol donde el contrato amarra al entrenador y ata a los dirigentes a afrontar un finiquito que la mayoría de las veces supone un desembolso con el que no se contaba, y lastra la economía del club. Los aficionados cantan al palco y los directivos ‘cortan la cabeza’ del entrenador para calmar el clamor sin analizar si es el verdadero culpable de la situación. A tenor de la marcha del Alcoyano ha quedado claro que la culpa no la tienen los entrenadores y son los futbolistas los que han llevado al equipo a esta situación. Pero dirán los dirigentes que “no se puede echar a la plantilla” y se copia del vecino que a su vez copió de otro y así sucesivamente. Para Vicente Mir el contrato no lo es todo y no aguantó más.