La Voz de Almeria

UD Almería

La selva de los banquillos: uno entrenando y ciento esperando

Los buitres sobrevuelan los campos de fútbol

Los banquillos son una caja de bombas cuando no se dan los resultados.

Los banquillos son una caja de bombas cuando no se dan los resultados.UD Almeria

Tony Fernández
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El fútbol evoluciona y la tecnología punta ha llegado, pero hay cosas que nunca van a cambiar y siguen vigentes en el entorno de los banquillos. Cuando un entrenador estampa su firma por un club empieza a debilitarse su ciclo porque depende de los marcadores y nadie es invencible. La cara de la firma es de una sonrisa Profidén y la del técnico en un banquillo siempre desencajada en función del resultado para seguir con vida. Se suele dar que los entrenadores en paro se prodiguen por los campos de España viendo fútbol, y son más cuando llegado un momento de debilidad para el compañero comienza el ruido de sables y la carroña llega con los buitres al acecho esperando noticias. Es como ese abrazo inicial de cada partido cuando los técnicos se desean suerte (eso dicen) y en realidad solo reina el deseo de derrotarlo sea como sea.

Antes cuando uno estaba cuestionado en el Almería se decía que “los buitres se dejan ver por el campo” en clara alusión a esos entrenadores en paro que esperan su oportunidad. No se trata de un quítate tú para meterme yo en toda regla, pero algo hay de eso porque muchos acababan entrando tras sobrevolar el feudo del Almería. Por suerte para Rubi su puesto no corre peligro a tenor de los años de contrato que le amarran al club que preside Turki Al-Sheikh.

Hubo entrenadores a lo largo de LaLiga que trabajaban solo dos meses por temporada y eran catalogados como especialistas. Hacían el milagro pretendido y salían corriendo, conscientes del material que tenían y de cómo se las gastaban en el club. Eran tan listos que cuando le daban un equipo a comienzos de campaña no aguantaban ni tres meses: finiquito y al paro.

Hablar claro

Hubo técnicos a lo largo de la historia en el Almería que no se cortaron a la hora de ponerles nombre a los pretendientes del banquillo. Arsenio Iglesias (q. e. p. d.) cuando su Almería no levantaba vuelo llegó a responder a la pregunta de la proliferación de entrenadores en paro por el Franco Navarro en el sentido de: “Las aves sobrevuelan los campos” con una educación y una dignidad enorme. Dos semanas después era despedido por Alfonso García Sánchez (q. e. p. d.). Otro más claro fue el murciano José Víctor (q. e. p. d.) que dirigiendo al Poli Almería no se cortó y dijo en rueda de prensa que: “La carroña anda suelta por los campos”, en clara alusión a aquellos que pretendían su puesto. También era despedido, pero esta vez su lugar lo ocupaba el secretario técnico del club. Los buitres pasaron de largo.

Mentiras

Otros en paro que no cesaron hasta conseguir trabajo gracias a las habilidades de sus agentes y a una presencia constante. Hasta se desplazaban con el equipo y hablaban con los directivos de turno, mientras en un vestuario el compañero se jugaba el puesto con una plantilla corta y mal pagada que no llegaba a fin de mes. En el fútbol hay mucha mentira y lo primero que se dice al llegar al puesto es un elogio para el despedido que queda hasta elegante. Es la selva. Desde que firmas un contrato sabes que tienes el despido a la vuelta de la esquina y toda la carroña aparecerá en función de los resultados, que a la larga son los que mandan. Pasó, pasa y seguirá pasando, porque no hay trabajo para todos y los que están parados necesitan un banquillo aunque tengan que llegar volando.

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