El Almería se mira en La Cartuja
Lo más parecido a la Fase 2 del Mediterráneo

El campo de La Cartuja se prepara para la gran final de la Copa del Rey.
Se ha puesto de moda la reforma de los estadios para hacerlos verdaderos campos de fútbol. Del Mundial 74 de Alemania con solo un campo y el resto estadios a meter la pala en la Bundesliga para imitar el modelo que funciona desde que el fútbol nació y lo tiene patentado la Premier League. Alemania quitó las pistas, mientras en España a la hora de llegar las subvenciones del Estado era imprescindible poner ocho calles de atletismo en el entorno del terreno de juego. Uno de los últimos construidos desde esta norma fue el Mediterráneo, concebido para unos Juegos 2005 donde el deporte en todo su esplendor le daría a Almería un plus para el resto de sus días. El campo se lo quedaba el club representativo que pasaba de tocar a los futbolistas a ‘pensarlos’ por la enorme distancia desde la grada césped. Hoy es Sevilla la ciudad que afronta la reconversión y toca mirar.
Las obras de La Cartuja, como antes las de Anoeta en San Sebastián o Son Moix en Mallorca, ha requerido de un movimiento de tierra sin precedentes para bajar el terreno de juego y extender las gradas lo más cerca posible de la línea de banda. Las distancias va a seguir siendo considerables en los lugares altos de las gradas, pero como ya hizo la Unión Deportiva Las Palmas sin necesidad de meter la pala al terreno de juego, la sensación de cercanía entre aficionado y futbolista es mayor, y por ello y el aumento de la capacidad se afrontan grandes inversiones.
Hay que tomar apuntes de cómo se hizo la obra en Sevilla, sin referencias a una movilización de aficionados que sí tendrá que hacer el Almería para evitar salir fuera a competir en 2026, que es la fecha anunciada para meter la pala al Mediterráneo, acabar con esa larga distancia, y aumentar con ello el aforo para poner al Almería al nivel de los grandes clubes de España.
La Cartuja
La final de la Copa del Rey ha puesto plazo a una obra que avanza a ritmo frenético trabajando bajo la lluvia. Hasta se ha empezado a colocar el césped mientras las butacas van llegando a su lugar. Sevilla ha contado con total apoyo institucional para dotar al campo de un mayor aforo y desterrar las pistas de atletismo que iban dentro del proyecto inicial. Allí no hay un equipo compitiendo ni una afición abonada, por lo que se ha podido afrontar la gran obra sin la necesidad de acomodar público. Con una fecha determinada y un plan establecido, ha bastado para hacer realidad una obra de enorme envergadura sobre la que ha puesto la mirada el fútbol español. Es un buen espejo para el Almería que tiene en marcha un ambicioso plan.
Mediterráneo
Todo lo que se ha realizado en Sevilla le vale al Almería que tiene en marcha un plan para reubicar a los abonados sin necesidad de sacar al equipo de la ciudad para competir. Mohamed El Assy anunció que la idea es empezar la temporada fuera de casa y evitar que se jueguen partidos lejos del Mediterráneo, adaptando la situación a las obras de la Fase 2. Las exigencias de LaLiga son extremas a la hora de acomodar a las aficiones local y visitante. Se ha dado en otros campos y se da día de hoy con las remodelaciones de Balaídos y La Romareda donde Celta y Real Zaragoza van justos de capacidad y sus aficiones se han tenido que adaptar. Todo lo que ocurre en La Cartuja le vale al Almería para tomar apuntes y acometer las obras de la Fase 2 con plenas garantías de éxito.