Paso atrás de un Almería de mantequilla
En el minuto 68 de partido el Almería sólo había sido sancionado con 3 faltas

Salida al campo de los equipos.
En el minuto 68 de partido el Almería sólo había sido sancionado con 3 faltas. Una estadística que condena a cualquier equipo desde el punto de vista defensivo. La falta es un recurso que los conjuntos deben saber aprovechar para poner trabas a las acciones del contrario que puedan hacerle daño. Con los cambios hubo una ligera mejora pero al final los indálicos pararon a los contrarios antirreglamentariamente en 8 ocasiones y los leones en 20, más del doble.
Si un equipo pasa por el lado de los rivales sin echarle el aliento en la coronilla le estará dando todas las facilidades del mundo para que le haga daño en su portería.
Ese por desgracia es el Almería de Rubi, un equipo de mantequilla al que los rivales le meten el cuchillo con total facilidad. Es por ello por lo que es el segundo equipo más goleado de la categoría y la razón por la que en la mayoría de los partidos que ha perdido hubiera necesitado hacer dos o más goles para puntuar y que le ha llevado a presentar sólo dos porterías a cero.
Balance
Desde el final de la temporada pasada tengo muy claro que este Almería de Rubi juega a lo que no debe ni puede, lo que le hace ser una pieza fácil de cazar para los conjuntos a los que se enfrenta. Todos llegan con la lección bien aprendida.
A la presión alta, descoordinada e ineficaz de la tropa almeriense respondió la de Valverde filtrando balones para superar a la línea de presión de los indálicos o bien con balones a la espalda de los defensores, por la presencia de los hermanos Williamns dirigían sus misiles de ataque por los costados.
Análisis
En el caso del duelo ante el conjunto vasco esa sensación de debilidad defensiva que este Almería y todos los equipos que ha dirigido Rubi ofrecen se vio incrementada con el lamentable fallo de Fernando que abrió el camino del triunfo a los visitantes.
Fue un partido de pocos disparos a portería, cuatro cada uno, pero las facilidades que los nuestros dieron propiciaron que los enemigos hicieran dos goles y estrellaran una pelota en la madera.
Como ya ocurriera en el Metropolitano es absolutamente necesario que el electrónico señale una desventaja de dos goles para que Rubi reaccione. Y lo volvió a hacer con acierto. En poco más de un cuarto de hora hizo los cambios. Tres de ellos fueron vitales para cambiar la decoración del partido. Pozo y Embarba consiguieron hacer una autopista del costado derecho, Portillo aportó calidad e hizo más grande a Robertone.
Lázaro y Sousa aportaron para hacer un Almería más competitivo, más intenso y más difícil de desbordar pese a los riesgos que asumió porque subió los decibelios de su acoso al contrario. Acortó distancias con un disparo colosal de Centelles, que se estrenaba como goleador, y tuvo la opción de empatar en la última acción del partido.
Soy de los que creo en la plantilla, considero que el potencial de los equipos que luchan por la permanencia es muy similar y que la diferencia la van a marcar los entrenadores y en ese aspecto no llevamos las de ganar, aunque Espanyol y Valencia tampoco están para tirar cohetes en este apartado.
La deportividad mal entendida del Almería, porque en el fútbol es igualmente importante defender que atacar, hizo que el partido fuera de guante blanco y fácil de dirigir por parte de Pizarro Gómez. Como además el colegiado manchego afincado en Madrid no se complicó la vida cumplió una faena notable. Más plácida fue la tarde para Del Cerro Grande que no tuvo oportunidad de intervenir desde la sala VAR.