Almería se mueve: la fisioterapia como clave para envejecer con calidad
Por el Día Mundial de la Fisioterapia, pacientes y profesionales de Almería muestran cómo esta disciplina previene caídas y aumenta la autonomía

Un joven fisioterapeuta guía a una mujer mayor, a través de ejercicios de rehabilitación
A Josefina Ruiz Carrillo, almeriense de 61 años, la fibromialgia le ha enseñado lo que significa vivir con dolor. Hay días en que abrocharse el sujetador o atarse los zapatos se convierte en una batalla. Y aun así, varias veces por semana se sube a las máquinas de pilates con sus fisioterapeutas y, cuando toca, acude a la camilla para las sesiones. Lo hace con disciplina, aunque muchas mañanas no tenga fuerzas: porque sabe que en ese movimiento está su alivio. “Si no hiciera esto, estaría perdida”, admite. Y en esa frase se resume el papel de los fisioterapeutas en tantas vidas: devolver movilidad, ánimo y dignidad a quienes el cuerpo parece ponerles límites.
Su historia refleja una idea clave: el envejecimiento saludable empieza mucho antes de lo que uno espera. Asimismo, demuestra que la fisioterapia no solo es una herramienta para mayores, sino también para quienes, como Josefina, quieren llegar a esa etapa con más fuerza y menos limitaciones. Este 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Fisioterapia, bajo el lema “Fisioterapia y actividad física para un envejecimiento saludable: prevención de la fragilidad y las caídas”. Un mensaje que resuena con fuerza en Almería, una provincia que envejece y donde la fisioterapia se convierte en aliada imprescindible para vivir más, pero, sobre todo, para vivir mejor.
El reto del envejecimiento
España es ya uno de los países más envejecidos del mundo: la esperanza de vida alcanza los 85,5 años en mujeres y 80,9 en hombres, y el 45,3 % de los mayores de 85 sufre algún tipo de deterioro cognitivo, según El País. Vivimos más, pero no siempre mejor, y ese es el gran desafío: cómo añadir calidad a los años ganados.
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En Almería, la situación aún es algo distinta. El 17 % de la población provincial —más de 134.000 personas, según el delegado territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Francisco González Bellido— supera los 65 años, frente al 20,4 % de la media nacional. Es una de las pocas provincias que todavía tiene más jóvenes que mayores, pero la tendencia es clara: la pirámide demográfica se invierte poco a poco y, con ella, crece la presión sobre la sanidad y los servicios sociales.
Ese envejecimiento trae consigo riesgos conocidos: fragilidad, caídas, dependencia. Cada caída en una persona mayor no es solo un accidente: puede significar una fractura, una pérdida de autonomía, incluso el inicio de un aislamiento social. Y ahí la fisioterapia emerge como un recurso esencial, capaz de prevenir antes de curar y de sostener no solo cuerpos, sino también proyectos de vida.

Ilustración sobre fisioterapia con mayores
Mucho más que rehabilitación
“Pensamos que la fisioterapia es movimiento y el movimiento es salud y vida. En los mayores es fundamental”, resume Jaime Azcoytia, fisioterapeuta a domicilio en Almería en la clínica FISIODOMO. Parte de su día a día consiste en devolver fuerza y equilibrio a quienes han perdido confianza al caminar. “Cuando pierden fuerza, llega el traspié, luego la fractura, el miedo a andar y empieza un círculo que reduce su vida. Con fisioterapia se puede romper”.
Ese círculo lo conocen bien también en Chus & Cou Centro de Fisioterapia en Carboneras, donde la movilidad es la base de todo. Antonio Jesús Belmonte, uno de los encargados, asegura que allí entrenan desde la motricidad fina —abrir una botella, girar un grifo, usar un cubierto para cortar la carne— hasta la motricidad gruesa, como levantarse de la cama o subir un escalón. “Todo suma para mantener la autonomía. Porque lo que se pierde no es solo músculo, es independencia”, recalca.
Los fisios coinciden: no se trata de curar solo tras una lesión, sino de prevenir. Ejercicios de fuerza adaptados, trabajo de equilibrio, rutinas sencillas para hacer en casa —caminar con seguridad o mantenerse de pie unos segundos sin apoyo— pueden marcar la diferencia entre seguir viviendo de forma autónoma o depender de otros. “Hay gente que piensa que ir al fisio es sufrir”, añade Azcoytia. “Pero lo que buscamos es justo lo contrario: que disfruten del movimiento, que vean que pueden hacerlo. La fisioterapia no quita años, pero sí puede dar calidad a los que vienen”.

Antonio Fernández y Antonio Belmonte, encargados de Chus & Cou Centro de Fisioterapia
Voces que dan vida a la estadística
Las cifras del envejecimiento se entienden mejor cuando se ponen rostro. En Chus & Cou, las estadísticas se convierten en historias como las de Salvador y Josefina, que saben bien lo que significa confiar en la fisioterapia. Salvador, almeriense de 79 años, sufrió un ictus en abril. Perdió el habla y la movilidad de medio cuerpo. Hoy, tras meses de sesiones con Belmonte, vuelve a caminar con seguridad, se siente más fuerte y hasta ha retomado el coche. “Estoy un 80% más fuerte que antes del ictus. Sin fisioterapia no estaría aquí. Lo recomiendo a todo el mundo”, asegura con orgullo.
En el caso de Josefina, el reto es la fibromialgia. A sus 61 años, combate el dolor crónico con pilates de máquinas y sesiones de fisioterapia en Chus & Cou. “Me cuesta, voy sin ganas muchas veces, pero siempre salgo mejor. Es mi salvación. Si no me moviera estaría hundida”, confiesa. Ambos testimonios ponen en evidencia lo que repiten los expertos: la fisioterapia no solo rehabilita después de una enfermedad, también previene la dependencia, devuelve seguridad y mejora la calidad de vida.
Terapia transcraneal en auge
Y más allá de la clásica terapia de fuerza y equilibrio, en Almería también crece la demanda de fisioterapia transcraneal para, en parte, aumentar la calidad de vida de las personas mayores. Se trata de una técnica no invasiva que aplica estímulos eléctricos de baja frecuencia para activar o inhibir áreas concretas del cerebro, siempre combinada con ejercicios prácticos. Belmonte la utiliza en su centro en casos de migrañas, fibromialgia, dolor crónico e incluso en ictus persistentes.
“En personas mayores puede ayudar en problemas motores, equilibrio o tensión muscular”, explica. Cada vez más pacientes se interesan por esta alternativa que busca mejorar tanto el estado físico como el mental, cuando la fisioterapia convencional no basta por sí sola. Una terapia aún poco conocida, pero que en Almería empieza a abrirse paso como complemento innovador dentro del abanico de tratamientos.

Terapia Transcraneal
El movimiento como medicina
Desde hospitales públicos hasta clínicas privadas, desde sesiones normales hasta terapia transcraneal, la fisioterapia se abre camino en Almería como una aliada indispensable para mayores y crónicos. Pacientes como Josefina y Salvador lo confirman: se trata de ganar confianza, fuerza y autonomía para seguir con su vida.
El reto está en que esa oportunidad llegue a todos. Porque no siempre es fácil acceder a un fisioterapeuta, y muchos mayores se quedan en la lista de espera o dependen de lo que puedan costear sus familias. Los profesionales lo repiten: la fisioterapia no debería ser un privilegio, sino una herramienta básica para envejecer con salud. “La fisioterapia es movimiento y el movimiento es vida”, resume Azcoytia. En una provincia que envejece, esa frase se convierte en lema y advertencia: porque no se trata solo de vivir más años, sino de vivirlos de pie, con dignidad y sin miedo a caer.