Iván Gallardo está a punto de cumplir 22 años y ya se ha convertido en todo un referente del mundo de la pastelería. Mientras toda Almería todavía está sumida en un profundo sueño, aún siendo de madrugada, él se levanta, se lava la cara y pone ‘manos a la masa’ para endulzar cada uno de los días de los almerienses con los ricos pasteles que salen de la confitería Once de Septiembre.

Conoció el trabajo duro del obrador con tan solo 17 años, de la mano de quien considera su mejor maestro, su padre, junto al que trabaja cada día, codo con codo, entre utensilios, harina y hornos.

“Desde pequeño ya tenía aires de crear mis propias cosas. Me gustaba la pastelería porque era lo que le había visto hacer a mi padre desde que era un bebé. Al final entré de lleno en esto debido a la operación de mi padre. El no estaba al 100% y había que sacar el negocio adelante”, cuenta el joven almeriense.

Convirtió la presión en una fortaleza

Con tan solo seis meses de experiencia, Iván Gallardo se puso al frente del obrador de la confitería de su familia. Por su puesto, el volumen de trabajo y la forma de ejercer la profesión no le dejaban mucho tiempo libre. Sorprendentemente, en vez de quejarse como lo haría cualquier adolescente o adulto joven, pues sin duda en esa edad el ocio es una cuestión de gran peso, el de Once de Septiembre convirtió la presión del trabajo en una fortaleza.

Pese a renunciar al ocio, el joven no renunció a las Redes Sociales. “Veía a otros pasteleros que eran y son referentes subir vídeos de lo que hacían a su Instagram, entonces me pregunté ¿Por qué no hago yo lo mismo? Y fue ahí, con 18 años cuando empecé a subir las cosas que yo hacía a mi Instagram personal”, cuenta el pastelero.

La combinación perfecta de perseverancia, trabajo duro y mucha disciplina hicieron que la cuenta de Iván Gallardo se disparara hasta llegar a alcanzar los más de 133 mil seguidores de los que dispone actualmente. Además, tal fue el alcance del joven almeriense que hasta la página Chef Verso se hizo eco de su excelente labor calificándolo como ‘referente’.

Talento nato para la repostería

Y es que lo que tiene este chico dentro de sí es un talento puro y nato. De hecho, asegura que muchos de los postres que hace, se los inventa él mismo. “Pocas veces he cogido un libro de recetas para preparar algo. Lo que he estado haciendo ha nacido de mí. Y además tener a tu padre como profesor ayuda mucho”, señala.

Tras conseguir distintos reconocimientos por sus magníficas notas en los cursos que ha realizado y urdir unos planes perfectos para el futuro en los que entra casi de todo menos quedarse quieto, ahora Iván Gallardo quiere enseñarle el apasionante mundo de la pastelería a otros. “Hay mucha gente que quiere entrar en el mundo de la repostería, pero lo difícil es aguantar”, destaca el joven, y sabe perfectamente de lo que habla, ya que la experiencia le enseñó que el camino hacia el éxito primero pasa por muchos sacrificios, y entre los que más le dolieron fue dejar el baloncesto, aunque él se los toma de buena gana: “Prefiero sacrificar cinco años de mi vida centrándome en el trabajo para luego alcanzar la estabilidad”.

Así pues, el chico al que primero le motivó el hecho de que su postre le gustara al anterior alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y luego los sucesivos reconocimientos por parte de las celebridades que han pasado por la confitería Once de Septiembre, tiene todas las papeletas para convertirse en todo un referente de la pastelería que abra el camino para que la repostería de Almería ocupe su lugar en el mundo gastro.