Ana de 87 años abre la puerta y nos invita a pasar. Pese a que dos extraños interrumpan la cotidianidad de su día a día no se le borra la sonrisa de la cara. Nos conduce hasta el salón de su casa donde se encuentra su hermana Matilde de 89 años sentada tranquilamente en un sillón. 

Ante la sorpresa de nuestra inesperada visita, nos apresuramos a explicarles el motivo por el que nos encontramos allí. En uno de los recovecos de la calle Hileros de la capital dos artistas del grafiti, Nauni y Paratas, están creando un mural que ocupa la medianera entre dos edificios. Es un dibujo imponente, de casi 20 metros de alto y 6 de ancho con un motivo muy especial: un artesano trabajando la baldosa hidráulica que tanta importancia tuvo a principios del siglo pasado en Almería, sobre todo en la zona de la carretera de Granada donde se encontraban al menos tres de las fábricas que se encargaban de hacer este tipo de material para la construcción. 

Ana y Matilde López, son nietas de Eduardo López Redondo, más conocido por los almerienses como 'Ropero', de ahí el nombre de la fábrica de la que era dueño, Mosaicos Ropero. 

Pese a no recordar el año en el que su abuelo fundó la industria, ambas nietas recuerdan perfectamente cómo vivieron su infancia entre prensas y cemento. "Mi abuelo no nos dejaba entrar en la fábrica. Las niñas no podían entrar cuando había tantos hombres pero, cuando le veíamos salir por la puerta, entrábamos corriendo y nos poníamos a jugar", recuerda entre risas Matilde. Ante eso, Ana explica rápidamente que simplemente se trataba de otros tiempos en los que la mujer no era tenida en cuenta. 

Entre recuerdos y halagos a las baldosas hidráulicas que además de bonitas, eran de gran calidad: "Esos suelos no había quien los rompiera", decían las hermanas, Ana y Matilde además volvieron la vista atrás y recordaron el cortijo en el que vivían. "Era enorme y bonito, aunque estaba un poco deteriorado porque antes había una fábrica de ladrillos. También había gran parte de tierra en la que se sembraba. Las mejores patatas e higos salían de aquí", recuerdan Ana y Matilde este hecho que además han constatado algunos de los vecinos del barrio a los artistas que están pintando el mural. 

La  Cartagenera, una fábrica histórica

No obstante, esa no era la única fábrica de baldosas que había en la zona, la famosísima La Cartagenera no se encontraba muy lejos de aquel lugar. Fundada en 1917 por José Díaz Solano, ha permanecido en la memoria de los almerienses no solo por sus maravillosos suelos, sino porque el bisnieto del fundador, Juan Díaz Sánchez se ha ocupado de documentar toda su existencia hasta 1981, año en el que cerró, en el libro 'Memorias de una baldosa'. 

"José Díaz llegó a Almería a finales del s. XIX, montó Díaz y Barbero, un negocio en la calle Real. Cuando se vio que le iba bien, su hermano Asencio, mi bisabuelo se mudó a Almería también", cuenta Juan Díaz. 

Ambos hermanos trabajaron para la fábrica de Pedro Alemán hasta que en 1917 decidieron abrir su propia empresa junto a su cuñado Esteban Ros Barbero. El negocio fue muy bien, de hecho, se fundaron dos industrias más, una en Sevilla y otra en Linares. 

Un homenaje a la industria

Pese a que al parecer el origen de estos azulejos se remonta hasta un pueblo francés, y fue tremendamente popular en el Levante español, en Almería las baldosas hidráulicas han trascendido de una forma muy significativa. De hecho, hay todo una colección de joyería compuesta por collares, pendientes y pulseras, inspirada en los suelos almerienses fabricados a principios del siglo pasado. 

"Esto es un homenaje a la industria que aquí se desarrollaba, al trabajo de las manos de quienes fabricaban estas baldosas, es por eso que la propia promotora que ha construido el nuevo edificio ha expresado su deseo de que el mural transmitiese esa tradición", explica Nauni, uno de los artistas que ha pintado el mural. 

La obra realizada en el marco de la promoción de viviendas Espacio COSMO, con una superficie de 120 metros cuadrados cubiertos por un precioso mural ha sido fruto de una inversión de 3.000 euros. 

"Hicimos el mural porque la licencia del obra del Ayuntamiento contemplaba dar un tratamiento a la medianería, que bien podría haber sido una mano de pintura, pero quisimos ir un paso más allá y nos preguntamos: ¿y por qué no hacemos en la medianera algo que quede para el barrio? De este modo, se nos ocurrió, junto a los grafiteros, homenajear el barrio recordando las antiguas fábricas de terrazos, ya que en el solar de la promoción estaban los antiguos almacenes de esta fábrica. Decidimos que lo mejor era plasmar la fabricación de baldosas hidráulicas, una imagen con la que se rescata el origen del barrio y sirve de homenaje a sus primeros vecinos", dicen desde AEDAS Homes, la promotora responsable. 

Mientras tanto, Ana y Matilde no pueden esperar a salir a la calle de nuevo para observar cómo ha quedado la pintura que mantendrá vivo el recuerdo de su abuelo durante muchos años más. "Es algo nuevo en el barrio y encima lleva parte de nuestro abuelo en él", dice las hermanas. Por su parte, Juan Díaz está deseoso por ver inmortalizado el legado de las generaciones que hicieron que el azulejo almeriense trascendiera hasta el día de hoy.