Se llama Mar Fernández Clemente, aunque en el mundo de la moda firma como Mar Clemente. Es una joven diseñadora almeriense que a sus 26 años ha montado en plena Puerta de Purchena de la capital su propio atelier. “Estudié marketing e investigación de mercado en la Universidad de Almería, pero siempre mi sueño ha sido la moda, dedicarme a esto, a crear una marca. Acabé la carrera al mismo tiempo que acababa la pesadilla de la pandemia provocada por el COVI 19”.

Natural de Campohermoso, Níjar, Mar es hija del campo, de la agricultura intensiva. “Me he criado en Campohermoso. Mi infancia se ha desarrollado allí. He estudiado en esa barriada de Níjar hasta que finalicé el instituto. Luego empecé en la Universidad de Almería”. Su familia es una familia de agricultores. “Mis padres son agricultores, como la mayor parte de la población de mi tierra. Gracias a ellos estoy donde estoy, porque sin ellos sería imposible emprender y montar la marca. Tenemos invernaderos, que son el principal ingreso familiar”.

Poco a poco, tras completar sus estudios superiores fue descubriendo cuáles eran sus intenciones profesionales. “Estaba sin saber qué hacer y decidí introducirme en el mundo de la moda, formándome en patronaje. Comencé en la escuela de moda de Susana Lirola, y también me embarqué en el mundo del emprendimiento”.

Cuando finalizó sus estudios decidió salir de España y viajar a Irlanda a perfeccionar sus conocimientos en la lengua inglesa. “Al acabar la carrera, me fui un año a vivir a Dublín, justo el año antes de montar la marca, porque creía que era el momento de salir de Almería y de España. Era necesario crecer personalmente, aprender inglés. Después, volví con el propósito de montar mi estudio, con las ideas muy claras”.

Esta nueva emprendedora ha creado hace seis meses su nuevo espacio en pleno centro de Almería. “Tengo aquí el taller, el showroom justo en la plaza de la Puerta de Purchena. Anteriormente he estado en Campohermoso, de donde procedo”. Admite que desde muy pequeña en su cabeza rondaba la idea de convertirse en empresaria. “Siempre he tenido muchas ganas de emprender. He sido una niña con ambición. Es verdad que es muy difícil emprender en España, pero bueno, siempre ha sido lo que más me ha gustado y lo que he querido. Y que mejor que hacer mi propia marca”.

Ella nos presenta un estilo nuevo que busca ofrecer una imagen elegante de la mujer. “Para mí es súper importante la elegancia en prendas de este tipo. Soy muy partidaria de los diseños súper sencillos, pero elegantes y sofisticados. Y creo que es lo que sobre todo me diferencia de las demás marcas”.

Sus diseños están confeccionados y cosidos por ella misma. Son prendas muy sueltas, que intenta dar comodidad a las personas que se pongan sus vestidos. “Sobre todo, siempre apuesto por la comodidad, con tejidos que se adapten muy bien al cuerpo. Todas las prendas están forradas para que la clienta se sienta mejor. Que el vestido no se marque nada y, sobre todo, intento mezclar en la coctelera todos mis valores para elaborar mis diseños”.

Admite que de pequeña su contacto con la naturaleza, con el campo, rodeada de invernaderos, la ha llevado a elaborar este tipo de vestidos. “Mis inspiraciones son mis clientas. Yo apuesto por colores cálidos, colores tierra, huyo de los colores llamativos y fríos. Por ejemplo, me gustan los colores verdes, pistachos o fucsias. Colores, más tenues”. Y se define por elegir casi siempre colores lisos. “Todas mis colecciones son colores lisos, a no ser que metamos algún tejido con algún diseño o algún estampado, pero por lo general son colores lisos”.

Mar Clemente reconoce que es difícil abrirse campo en el mundo de la moda, y más viniendo de una zona alejada de los centros de diseño y producción que están en las grandes ciudades. “En el mundo de la moda hay muchísima competencia. Por suerte, tenemos las redes sociales con las que podemos llegar a muchísimo público de muchísimas ciudades, incluso de otros países. Pero claro, esta opción la tenemos todas, y la competencia abarca todo el mundo”.

Sus estudios de marketing le han servido para tener más herramientas a la hora de sacar sus diseños al exterior. “Apuesto mucho por el marketing digital, por la publicidad en redes sociales. Creo que es una inversión súper buena para donde estamos ahora mismo. En la sociedad que estábamos, en el mundo en el que vivimos. Meto mucha publicidad en redes sociales y trabajo con influencers”. Y sus esfuerzos se han visto compensados. “Mis ventas son a través de la publicidad que introduzco en esas redes sociales que he comentado. Vendo a través de influencers o mediante la publicidad que yo hago. Y casi toda la gente que me conoce me ha dicho que es debido a que me han visto en redes sociales”.

Esta joven emprendedora basa todo su éxito en su creatividad y, como dice el refrán, ella se lo guisa y ella se lo come. Desarrolla sus ideas plasmándolas en los patrones de papel. “Hay momentos de más o menos creatividad. Busco la inspiración. Intento buscar lo que está en tendencia y le aporto mi signo de identidad, fusionarlo todo para crear las colecciones”.

Ha conseguido rodearse de un tipo de clientas que van buscando diseño y calidad de los tejidos y líneas de ropa, alejadas de la moda rápida. “Son clientes que apuestan por la calidad y el diseño, más que por el fast fashion que pueden ofrecer marcas como Zara. Busco prendas más exclusivas, con mejor calidad, y creo que todas mis clientas hacen una apuestan decidida por los diseñadores y las marcas personales españolas”.

Sus diseños van buscando a mujeres que necesitan un tipo de ropa destinada a momentos especiales. “Principalmente hago vestidos para eventos, para bodas, para puestas de bandas, comuniones... Y también, cuando me lo piden, hago diseños exclusivos, a medida, para las clientas que me lo solicitan. En un futuro no descarto hacer otro tipo de prendas con colecciones de ropa más casual, más de día a día. Pero, de momento, en estos momentos, trabajo solamente con ropa para eventos especiales”.

Está trabajando en nuevas colecciones y, como la mayoría de los diseñadores, quiere introducir su propio línea de trajes de novia. “Ahora estoy apostando mucho por las nuevas colecciones. Quiero sacar algo de novia, para ver la respuesta que obtengo en los mercados”.

A pesar de su juventud tiene claro el camino que quiere recorrer, y aconseja a las niñas y niños que quieran dedicarse al mundo de la moda que no desfallezcan en su intento. “Que luche por sus sueños. Es verdad que hay mucha competencia, pero, como en todo, si al final le pones ganas, ilusión y trabajo, todo llega. Y al final triunfa el que aguanta, y el que sigue poniendo todo el empeño y la ilusión en el proyecto”.

De momento Mar sigue con su negocio a través de sus propios medios, sin recibir ningún tipo de subvención. “Bueno, estoy disfrutando de la cuota cero que tienen todos los autónomos durante el primer año de emprendimiento”.

Ella se siente muy feliz viviendo en Almería, en España. “Estoy muy a gusto. Mi idea es no moverme de aquí, de Almería, de España, así que a ver si nos lo ponen fácil”.