Montserrat Urquiza Roig nació en Almería hace ahora 43 años. Estudió diseño gráfico en la Escuela de Artes de Almería, pero lo que a ella principalmente le motivaba era la música. “La vena musical nació en mí a partir de los 10 años. Empecé a dar clases de guitarra y, desde muy pequeñita, comencé a escribir poesía y componer mis canciones”. Desde el principio, sus padres apoyaron esta vocación musical: “Mi padre era músico. Tuvo su banda cuando era joven. Me regalaron instrumentos y me dieron el pie para que pudiera seguir”.

Con 17 años creó, con unos amigos que tenían 30 años más que ella, su propio grupo: “Tormenta Sloan”. Pero Almería se le quedó pequeña y, como era un ser muy inquieto que deseaba conocer otros ambientes alejados de la protección que le brindaban en su casa, se fue a Madrid a hacer un máster de 3D. “Básicamente, porque era una excusa estupenda para irme de aquí. Al principio, empecé simplemente estudiando y no me centré en la música, pero ahora, la verdad es que, por suerte, me dedico más a la música que al diseño gráfico”.

Durante estos años ha compaginado su trabajo como diseñadora gráfica con la música. Comenzó trabajando en agencias de publicidad y marketing, pero ahora se ha independizado y lo hace por su cuenta. “Dejé las agencias, me cansé del mundo empresarial, y ahora me lo monto yo sola por mi cuenta, y tengo mis clientes. Sigo teniendo un pie en el diseño gráfico, pero cada día me centro más en la música”.

Tiene una voz prodigiosa, llena de registros. Ella se define como una obrera del rock and roll. Comenzó como un dúo con su compañero sentimental, el guitarrista Nacho Carballo, bajo el nombre “Resoultones”. De ahí salió otra banda que se llamó “Los Malvados”, formada por ellos dos y Pablo de Pablo a la batería y Alejandro Ruíz al bajo. "Nacho Carballo tiene también otro grupo, Los Gallos, y aunque está mal que yo lo diga, es uno de los mejores guitarristas de España”.

Una voz potente

En Almería, a Montse Urquiza, su familia y amigos la conocen como Cuqui. Su potentísima voz le da un prestigio extraordinario ante el público. Se dedica a hacer versiones de temas conocidos. “Tocamos en garitos o salas de conciertos por todo Madrid o, por donde nos llaman, en otras provincias, y luego, también, en eventos privados. Tenemos mogollón de trabajo, porque creo que, después de la pandemia, todo el mundo quiere una banda de música en su cumpleaños, en su boda…”.

Ella reconoce que gracias a estos conciertos y a estos “bolos” pueden vivir de la música. “Está mal que yo lo diga, tienes que ser un poco apañado, pero nosotros vivimos bien. Tocamos todos los fines de semana en locales de Madrid como, por ejemplo, Blackbird, que está en la calle Huertas, o en ThunderCat, que está en la calle Campoamor. En cada uno de estos clubs las bandas residentes tocamos una vez al mes, por lo que cada fin de semana tenemos un concierto programado, y luego, aparte, también todas las semanas, normalmente, hay un evento, que nos da el otro caché que necesitamos para seguir subsistiendo”.

Pero todos los años, Cuqui y Los Malvados viajan a Cabo de Gata a reencontrarse con las raíces de la niñez de esta cantante y compositora. Ella viene a ver a sus padres a esta barriada marinera de Almería. “Es donde tengo un trozo de mi alma. Cuando me preguntan por mis orígenes, siempre digo que soy de Cabo de Gata. Nací en la ciudad de Almería, pero desde los cinco años estoy viniendo al Cabo. Veníamos los fines de semana y en todas las vacaciones. Me siento muy cabogatera, sí señor”.

Y ahora, también en verano, viene con su grupo y ofrece conciertos en distintos locales del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Este año lo han hecho en La Catrina, La Raspa, El Cabo, en Cabo de Gata, y el Dagobá, en San José. “En fin, donde nos llaman”. Aquí tiene su propio público. “Aquí, todo lo que se crea es bonito, es diferente. Se crea una sinergia con el público. Mis compañeros de grupo también son fans de esta zona. Recibimos un subidón importante de energía gracias a la gente de aquí. Además, tocamos las canciones que más nos gustan tocar. Porque, en otros lugares, al final de los eventos, te piden cosas que a lo mejor no son tan agradecidas, y aquí les gusta el rock and roll, y entonces nosotros lo damos todo”.

El futuro se presenta interesante

Aunque siempre existen dudas, el futuro se presenta muy interesante para esta almeriense que ha llenado su vida con música y diseño gráfico. “El futuro siempre es incierto cuando eres músico. Lo que quiero es seguir haciendo lo que nos gusta, que es tocar. Y ahora, estamos intentando hacer nuestros propios proyectos personales, componer y probar suerte. Aunque lo importante es que no falte el trabajo y seguir avanzando. Ser cada vez un poco mejores, ampliar repertorio y poder tocar en más sitios, en más ciudades. No tengo más ambición que seguir tocando y cantando”.

Porque Cuqui sigue escribiendo, sigue componiendo y tiene sus propios temas. “Más pronto que tarde se oirán. Este año va a ser clave”. Admite que contactar y trabajar con las discográficas es cada vez más difícil, pero reconoce que ella es perseverante. “Por el momento, la autoproducción es lo que más se lleva. Vamos a empezar grabando algo pequeñito, probablemente un LP, y vamos a ver qué pasa. Tocaremos puertas y esperamos que algo suene. Si no, seguiremos insistiendo”.

Asegura que cada vez es más difícil vender discos y cada día más la música está en las redes sociales. “Está cambiando mucho el formato, la industria discográfica está transformándose muchísimo. Entonces hay que adaptarse y también reconstruirse, reinventarse y ver hacia dónde podemos tirar y conseguir crear un proyecto que sea factible”.

Pero ella lo que sigue reivindicando es su amor por la música. “Lo que queremos es que se nos siga conociendo. Me encanta hacer versiones, y es una manera muy digna de sacar dinero y de poder seguir construyendo nuestro proyecto de vida, que es la forma que tenemos para contar nuestra historia”. Y nosotros seguiremos pendientes de la evolución de esta almeriense que se fue a Madrid a triunfar y que cada año viene a su Cabo de Gata del alma a cargar baterías y disfrutar de mucha gente que le quiere.