Desde Almería hasta París: el mejor masajista de España está en El Zapillo
El profesional lleva 15 años ofreciendo bienestar desde su consulta frente al mar en Almería

Manuel Romera atendiendo a una cliente en su consulta frente al mar.
Hace ya 15 años que Manuel Romera decidió dejar todo lo que había conocido hasta el momento y dedicarse a su verdadera pasión: el quiromasaje. “Desde pequeñito me gustaba hacer masajes. Se los hacía a mi madre, a mis tías... pero decidí seguir con el negocio familiar hasta que di el paso para cambiar de tercio”, cuenta el quiromasajista y osteópata.
Establecerse por fin en el ámbito que realmente le apasiona no fue motivo para relajarse. Durante más de una década, el de Quiromanual ha continuado formándose realizando incluso viajes hasta Vietnam para nutrirse de las técnicas de relajación ancestrales para ofrecer lo mejor a sus clientes.
“Los principios no fueron fáciles, colaboraba en diferentes clínicas, salones de belleza repartidos por distintos puntos de Andalucía. Poco a poco fui consiguiendo clientes fieles y pude establecerme de forma fija en Almería, en una localización privilegiada con la que siempre soñé”, recuerda Manuel Romera.
Pasar por su consulta es una experiencia sensorial
Y no es para menos: las vistas de su consulta son el mar y a orilla almeriense, y aunque parezca difícil, esto no es lo mejor. El espacio en el que atiende a sus pacientes está decorado con especial cuidado y atención, no solo para invitar a la relajación, sino para vivir una experiencia sensorial completa mediante olores, luces, sonidos y, por supuesto, masajes. Todo ello con un claro fin: “Yo velo por el bienestar de mis pacientes. Quiero que se sientan bien aquí. Quiero crear un espacio seguro, y aunque no sea psicólogo, si un paciente quiere expresarse, yo le puedo acompañar en el camino”, explica el osteópata.
Sus sueños y su ímpetu le han llevado a superarse cada día más y también a comprobar si era realmente tan bueno como creía. Para medirse, decidió empezar a participar en torneos para masajistas, y el primer resultado no fue el esperado. “El primer campeonato al que fui fue en Marbella. Creía que me iba a comer el mundo y al final me di cuenta de que había gente mucho mejor que yo”, confiesa entre risas Manuel Romera.
La primera competición fue una motivación
Este primer encuentro con la competición lejos de hacer que se viniera abajo, le animó a continuar innovando y trabajando en sus técnicas. “Hay muy pocos masajistas que se suban encima de la camilla para ejercer un tipo de presión o movimiento, o recolocar el cuerpo para trabajar mejor la zona. Porque si, yo siendo quiromasajista, a diferencia de un fisioterapeuta que trabaja solo una zona, yo me centro en todo el cuerpo y lo hago además de forma holítica”, dice el almeriense .
De hecho, hace tan solo unos días Manuel Romera participó en el Campeonato Europeo de Masajes celebrado en París, donde obtuvo el cuarto puesto en la categoría de ‘SpaBeauty’ y la sexta posición en ‘Sports’.
“El jurado internacional estaba compuesto por 15 jueces de distintas nacionalidades que valoraban el protocolo, la postura e incluso la vestimenta o la decoración de la cama”, explica. Muy bien lo tuvo que hacer el almeriense en este campeonato, como ya muestran los puestos obtenidos, que ha sido convocado para representar a España en el Campeonato del Mundo de Masajes que se celebrará a finales de año.
"Los masajes no son un lujo, es cuidarse"
“Hago todo esto no solo por la satisfacción personal, también quiero que mis clientes vean que estoy con las pilas puestas, que no me relajo”, cuenta el representante español.
A día de hoy, Manuel Romera puede atender entre nueve y diez clientes al día, con un calendario que ya se extiende hasta el mes de diciembre. Esto, junto a las buenas reseñas que ostenta en Google, solo son muestra del buen trabajo que realiza y que es un verdadero abanderado de los masajes como herramienta para cuidar la salud: “Esto no es un lujo, es cuidarse, es prevenir lesiones, es aportar elasticidad al músculo para mejorar el riego sanguíneo. Al final, el masaje se está visibilizando como forma de cuidado”.