Apagón: ¿Por qué comercios y empresas pudieron seguir funcionando y otras no?
La lección, es clara: empresas preparadas siguieron dando servicio mientras otros bajaban la persiana

La diferencia no estaba en la suerte, sino en la prevención.
El pasado lunes 28 de abril España vivió un episodio inédito: un apagón eléctrico masivo que afectó a millones de ciudadanos y paralizó desde trenes hasta supermercados. Pero mientras muchos comercios cerraban sin poder siquiera abrir la caja registradora, otros siguieron funcionando y dando servicio a sus clientes.
La diferencia no estaba en la suerte, sino en la prevención. Comercios y empresas que contaban con grupos electrógenos mantuvieron su actividad y atendieron a sus clientes con normalidad. Es el caso de supermercados de Almería, empresas agrícolas, y comercios que gracias a sistemas de respaldo no solo evitaron pérdidas, sino que ofrecieron un servicio clave a la población en un momento de incertidumbre.
Un aviso para todos
Para entender cómo funcionan estos sistemas hablamos con ALMESU, una empresa almeriense especializada en la venta, instalación y mantenimiento de grupos electrógenos. "Lo que ha pasado es un aviso para todos. Quien tenía un grupo electrógeno, funcionaba; quien no, difícilmente trabajaba. Así de claro", explica Manuel Castillo responsable de Almesu.
Un grupo electrógeno es una solución sencilla, eficaz y accesible para garantizar el suministro eléctrico en caso de corte. Desde pequeños equipos para viviendas unifamiliares hasta sistemas automatizados para empresas o comunidades de vecinos, existen modelos adaptados a cada necesidad. Algunos se arrancan de forma automática en cuanto se va la luz y pueden alimentar desde un negocio completo hasta servicios esenciales como el ascensor, la puerta del garaje o la cámara frigorífica de un restaurante.
“El pasado lunes fue una auténtica locura”, nos cuentan desde ALMESU, “no dábamos abasto “, afortunadamente cada año, aseguran, son más las empresas de todos los sectores que tienen previsto poder responder a sus clientes ante un corte de suministro de luz: empresas agrícolas, gasolineras, comercios, comunidades de vecinos y centros logísticos.
Pero no sólo hay que vender las maquinas, luego hay que asegurar el mejor servicio destaca Manuel Castillo. "El cliente valora sobre todo la respuesta. Nuestros clientes saben que pueden contar con nosotros cuando realmente nos necesitan".
El apagón del lunes ha hecho visible una realidad que muchas empresas ya conocían: la autonomía energética es una inversión, no un gasto. Y cuando se va la luz, tener un grupo electrógeno puede marcar la diferencia entre seguir trabajando o perderlo todo.