La vida personal de Isabel Jiménez (43 años), una de las presentadoras más queridas de la televisión nacional y orgullosa almeriense, dio un giro inesperado el pasado 9 de abril. Ese día se hizo pública su separación de Álex Cruz, su marido durante 16 años y padre de sus dos hijos, Hugo y Daniel. La noticia sorprendió a muchos, ya que siempre habían proyectado una imagen de pareja sólida y discreta.

Parece ser que no hubo terceras personas ni una ruptura conflictiva. “Pase lo que pase, siempre vamos a ser una familia. Hemos sido un equipo durante 20 años y vamos a seguir siéndolo”, recoge la revista ¡HOLA! como palabras de la propia Isabel. Una frase que resume el espíritu con el que ambos han decidido afrontar esta nueva etapa: con respeto, cariño y, sobre todo, pensando en el bienestar de sus hijos.

De hecho, siguen compartiendo momentos juntos, tanto por los niños como por los fuertes lazos que los unen. Este verano, según fuentes cercanas, tienen previsto pasar tiempo tanto por separado como en familia. El destino que podría volver a reunirlos no es otro que Agua Amarga, en el municipio de Níjar, un rincón muy especial para ambos.

Álex Cruz, natural de Almería, ha pasado sus veranos en esta pedanía costera desde siempre, y junto a Isabel construyeron allí muchos recuerdos en compañía de amigos como Sara Carbonero e Iker Casillas. “Isabel no lo sé, lo mismo sí; Álex, claro”, señala una fuente al ser consultada sobre su posible visita este año. Sus hijos disfrutan especialmente de estos días en tierras almerienses, aunque no disponen de casa en propiedad allí: “Está en alquiler”, se puntualiza.

Mientras tanto, Isabel compartía recientemente en sus redes sociales imágenes de un viaje a las Maldivas, donde aprovechó para reconectar con la naturaleza y con ella misma. “Hemos aprendido a respirar, a escuchar la vida”, escribió, visiblemente agradecida.

Aunque ya no comparten hogar —fue Álex quien abandonó el domicilio familiar—, mantienen una relación cordial y colaborativa. Lo primero que dejaron claro, según explican quienes los conocen, fue que lo más importante era el bienestar de sus pequeños. Por eso siguen viéndose, organizando planes y siendo un equipo en lo esencial.

La periodista, que no suele sentirse cómoda siendo protagonista de la crónica social, ha preferido llevar este proceso con la máxima discreción. Pero su compromiso con la familia y con sus raíces almerienses sigue intacto.