La conocida presentadora y actriz Paz Padilla atraviesa un verano especialmente complicado. A la reciente polémica que protagonizó en Zahara de los Atunes —por la supuesta apropiación del símbolo de la raspa, muy representativo de la cultura local—, se suma ahora un acto vandálico que ha generado una nueva ola de reacciones en redes sociales y medios.

Hace poco más de un mes, la gaditana se vio envuelta en una controversia con varios comerciantes de la zona. Según estos, Padilla habría instado a retirar de sus tiendas cualquier producto que utilizase el popular diseño de la raspa de pescado, ya que —según su versión— ese logo forma parte de la identidad visual de su firma de ropa, No Ni Ná. La actriz aclaró su postura en un comunicado, afirmando que “no prohíbe el uso de la raspa”, símbolo presente en Zahara desde hace décadas, sino que únicamente solicitó que no se utilizase con fines comerciales el diseño concreto que su amigo Xoan Viqueira creó para su marca.

A pesar de estas explicaciones, parece que no todos han acogido bien su versión. En los últimos días, la fachada de su tienda ha amanecido con pintadas ofensivas, en lo que parece una represalia directa hacia la artista. La frase “Paz Padilla es el demonio” fue escrita con pintura negra en una de las paredes del establecimiento, generando rechazo entre muchos vecinos y usuarios de redes sociales.

Algunos comentarios mostraban claramente su indignación: “Esto que han pintado en las paredes de la tienda de Paz Padilla en Zahara de los Atunes me parece patético. Espero que pillen al autor” o “Han pintado la pared de la tienda de Paz. Espero que la policía lo pille y le meta con un diccionario en la cabeza”. Este último comentario, en clave de humor, hace referencia a un detalle curioso: en la pintada se ha escrito “Pas Padilla” en lugar de Paz, lo que no ha pasado desapercibido.

Sin embargo, otros mensajes, aunque condenan el vandalismo, también expresan su malestar con la actitud de la humorista respecto al uso del símbolo: “Eso es gamberrismo, pero lo que está haciendo ella apropiándose de 'la raspa', que es un símbolo de nuestro pueblo, no tiene nombre…”.

Por el momento, Paz Padilla no se ha pronunciado públicamente sobre este nuevo incidente. La controversia de la raspa sigue abierta y, con ella, un debate sobre los límites del uso comercial de los símbolos culturales y el respeto a las tradiciones locales.