Ha pasado menos de una semana desde que una disputa en Aguadulce desencadenara una brutal agresión a un agente de la Guardia Civil fuera de servicio que terminó con la mandíbula fracturada. Solo cuatro días después, JUCIL, la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil, denuncia otra situación violenta que ha afectado a una pareja de guardias civiles y que también se ha producido en Roquetas de Mar.

Si bien no han trascendido los detalles de la agresión, desde JUCIL señalan que "dos compañeros resultaron lesionados mientras custodiaban a un detenido". 

En concreto, uno de los agentes habría terminado con una doble fractura del quinto metacarpiano con desplazamiento de huesos y el otro con dolor en el hombro con omalgia postraumática. Todo ello, como consecuencia de la actuación con el detenido. 

Desde JUCIL señalan que, además de la violenta situación, el detenido profirió insultos e incluso amenazas de muerte. "Maricón, hijo de puta, ya verás cuando me pongan en libertad. Te voy a matar", habría gritado el detenido según señala la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil a través de sus redes sociales. "En cuanto me suelten voy a ir a buscarte", habría amenazado. 

Segunda agresión en una semana

Cabe recordar que la pasada semana, un agente de la Guardia Civil fuera de servicio terminó siendo agredido en Aguadulce después de mediar en una situación tensa: unos jóvenes habrían estado molestando a personas mayores en el municipio roquetero, algo ante que el agente trató de frenar, terminando sufriendo una agresión que se traduce en "lesiones de gravedad".

Según la narración de los hechos que traslada ahora JUCIL, antes de la agresión realizada por cuatro personas, el agente de la Guardia Civil habría llegado a recibir amenazas de muerte. "Tú te callas, picoleto, que te pego dos tiros", habría gritado uno de los cuatro agresores, "todos de etnia gitana", según apunta JUCIL en la información facilitada a través de X, la red social antes conocida como Twitter.

El detenido por esta agresión se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza, ya que, se consideraba que había "un riesgo fundado de reiteración delictiva y de represalias a los compañeros agredidos". "El investigado exhibe un perfil violento y agresivo, con reacciones desproporcionadas frente a agentes uniformados, sin mostrar arrepentimiento ni colaboración", detallaban desde JUCIL. Además, el detenido contaba con antecedentes policiales previos.