El volcán de Cabo de Gata en el que puedes encontrar piedras preciosas de millones de años
Es uno de los rincones más insólitos y fascinantes de la geografía almeriense

Granate incrustado en el volcán de Níjar.
Muy cerca de Níjar y enmarcado en el paisaje casi lunar del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, se esconde uno de los rincones más insólitos y fascinantes de la geografía almeriense: el Hoyazo de Níjar, también conocido como Volcán de la Granatilla.
Este antiguo volcán submarino, cuya última erupción se produjo hace aproximadamente siete millones de años, guarda bajo su apariencia de montaña erosionada un secreto que fascina a geólogos, aventureros y amantes de los minerales: su suelo está salpicado de piedras preciosas.
Así, en este paraje natural es posible encontrar granates de variedad almandina, un tipo de piedra semipreciosa de un intenso color rojizo, que afloran entre las rocas como testigos de un pasado geológico tumultuoso.
Estos cristales, con formas geométricas sorprendentes como octaedros o rombododecaedros, llegaron a la superficie arrastrados por la lava y, con el paso de los siglos, han quedado expuestos gracias a la erosión.
Lo que hoy parece un tranquilo valle circular es en realidad el cráter erosionado de un volcán que emergió cuando esta parte de Almería estaba sumergida bajo el mar. Al extinguirse, se formó a su alrededor un arrecife de coral que, al fosilizarse, creó la espectacular corona rocosa que todavía rodea la caldera.
Caminar por su interior es como entrar en un anfiteatro natural esculpido por el tiempo, con paredes de hasta 300 metros de altura y un domo volcánico central que marca el punto exacto por donde brotó el magma.
Llegar hasta el volcán es relativamente sencillo: basta con tomar la salida 747 de la A-7, en dirección a Níjar, y desviarse por una pista de tierra que lleva hasta una pequeña explanada donde se puede aparcar.
Desde ahí, una breve caminata de apenas quince minutos conduce al centro del cráter. La recompensa es doble: por un lado, la experiencia de pisar el suelo de un auténtico volcán y, por otro, la posibilidad de descubrir, con un poco de suerte y ojo atento, alguno de los granates esparcidos por la zona.
El Volcán de la Granatilla es un aula geológica al aire libre, un paraíso para quienes disfrutan de los misterios de la Tierra y una excursión ideal para familias. Ver a los más pequeños maravillarse ante la idea de caminar sobre lava solidificada o descubrir una piedra preciosa es, sin duda, uno de los mejores recuerdos que uno puede llevarse de esta visita.