En una apuesta decidida por la equidad, la inclusión y la accesibilidad universal, la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Níjar, junto con la Asociación para Personas con Discapacidad Níjar Activa, ha puesto en marcha un proyecto pionero en la comarca: capacitar a personas con discapacidad intelectual en Soporte Vital Básico (SVB).

El primer taller de esta formación tuvo lugar el pasado 3 de julio, impartido por tres profesionales de Distrito Sanitario Almería: los enfermeros Daniel Martínez y Francisco Muñoz y el facultativo Jesús Pedrosa. La sesión fue diseñada para responder a distintas capacidades, respetando los ritmos individuales y fomentando la autonomía, en un entorno seguro, participativo y adaptado.

“Este proyecto no solo enseña a salvar vidas, también empodera. La inclusión no es una meta futura, es una realidad posible cuando hay voluntad y compromiso”, subrayan desde la organización del taller.

Formación accesible, más vidas seguras

Múltiples investigaciones apuntan que numerosas personas con discapacidad intelectual tienen plena capacidad para aprender y aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar. En la mayoría de los casos, los contenidos y metodologías estándar no requieren modificaciones sustanciales. Cuando se precisan ajustes, estos son mínimos y fácilmente implementables mediante materiales accesibles, enfoques inclusivos y acompañamiento pedagógico adecuado.

Este enfoque parte de una premisa crucial: incluir no es simplificar, es adaptar. Por eso, la metodología utilizada en este taller se diseñó desde el respeto a la diversidad de estilos de aprendizaje, poniendo en el centro la dignidad, la participación y la capacidad del alumnado.

Más que formación: una experiencia transformadora

Esta iniciativa trasciende la enseñanza de una mera técnica.  Representa una acción transformadora con impacto social, al brindar acceso igualitario a conocimientos vitales y al reconocer a las personas con discapacidad intelectual como actores capaces de intervenir en situaciones críticas de salud.

Para Daniel Martínez, la experiencia ha sido reveladora: “A veces se subestiman ciertas capacidades. Este taller ha demostrado que, con la metodología adecuada, todos pueden aprender y aportar”.

En esta misma línea Francisco Muñoz apunta: “La experiencia ha sido muy enriquecedora para todos: lo mas emocionante ha sido el sentimiento de protagonismo, participación e inclusión del grupo”

Su compañero Jesús Pedrosa coincide: “Lo más gratificante ha sido ver la motivación y el interés de los participantes. Con mínimas adaptaciones, han comprendido y ejecutado perfectamente todas las maniobras”.

Los tres coinciden en que el taller, más que un reto, ha sido una oportunidad para crecer como profesionales. “Hemos aprendido mucho más de lo que hemos enseñado”, reconocen.

Voces desde la asociación

Fina Hernández, vicepresidenta de la Asociación Níjar Activa, estuvo presente en el desarrollo del taller y compartió su testimonio: “Ver a nuestros chicos realizar una reanimación con seguridad y ayudarse entre ellos es muy emocionante”.

Desde la asociación, valoran esta acción como un modelo a seguir: “Programas como este rompen estigmas y centran la mirada en lo que realmente importa: las capacidades, no las limitaciones”.

Un modelo que quiere extenderse

El taller forma parte de un proyecto que aspira a consolidarse en futuras ediciones, con el propósito de continuar derribando barreras en el acceso a la formación en salud.

La colaboración entre el sistema público de salud y las entidades sociales demuestra que la sinergia comunitaria es clave para avanzar hacia una sociedad más justa y cohesionada