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El Ejido

"Mis cuatro sentidos": el betseller sobre discapacidad y coaching en primera persona

Alfonso Rodríguez: nadador, fisioterapeuta, modelo, director de la ONCE El ejido y escritor super ventas

Alfonso Rodríguez Martín.

Alfonso Rodríguez Martín.La Voz

Melanie Lupiáñez
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Alfonso Rodríguez Martín (Sierra de Fuentes, 1992) es un ejemplo de superación, alguien que ha sabido convertir las cartas que la vida le repartió, una discapacidad visual desde su nacimiento, en una oportunidad para crecer, romper estereotipos y ayudar a los demás. En su libro Mis cuatro sentidos: La vida baraja, tú juegas, comparte su historia personal, herramientas de coaching, inteligencia emocional y aprendizaje vital.

En un mes agotó la primera edición y ya está disponible la segunda en digital, más accesible, en Amazon. Hablamos con el director de la ONCE de El Ejido sobre su trayectoria, sus miedos, sus logros y las lecciones para quienes, como él, un día se preguntaron "¿por qué a mí?”.

¿Qué te motivó a escribir el libro?

La posibilidad de intentar ayudar a otras personas con mi historia. Durante años, especialmente cuando participé en certámenes de belleza, recibí muchos mensajes de personas con discapacidad o complejos que se sentían identificados conmigo. Eso me impulsó a escribir el libro. En realidad, llevaba mucho tiempo con la idea. Ya con 12 años le dije a mi madre que quería escribir un diario por si algún día escribía un libro.

¿Y qué podemos encontrar en el libro, además de tu historia?

El libro no es solo mi historia, también incluye dinámicas de coaching, inteligencia emocional y recursos para gestionar miedos, inseguridades, emociones y autoestima. Me formé como coach y, mientras hacía el máster, me di cuenta de que muchas de las herramientas que aprendía ya las había aplicado de forma inconsciente en mi vida.

¿Cómo fue el proceso de escribir el libro?

Lo empecé a escribir en mayo y lo terminé en diciembre. Fue un proceso relativamente rápido porque tenía muy clara la estructura y el mensaje. La parte más complicada fue decidir cómo estructurar las dinámicas de coaching que acompañan cada capítulo. Tuve la ayuda de dos compañeras que hicieron conmigo el máster, especializadas en coaching oncológico, que me ayudaron a darle forma. También mi editor estuvo presente en cada momento para las correcciones capítulo por capítulo.

Además de escritor, eres fisioterapeuta, modelo y ahora director de la ONCE en El Ejido. ¿Cómo ha sido ese camino?

Estudié fisioterapia en la Complutense, Madrid, y fui autónomo durante siete años, tenía mi clínica. Luego llegó la pandemia y la inestabilidad económica me llevaron a presentarme a unas pruebas para un curso de gestión en la ONCE. Superé las pruebas, hice el curso, trabajé unos cinco meses vendiendo productos, incluso di un premio del cuponazo. Ya en 2023 comencé a trabajar como director en El Ejido, donde ahora vivo y estoy muy contento. Me gusta ayudar a la gente, a personas que buscan no solo un puesto de trabajo, sino también sentirse útiles.

¿Eres muy competitivo?

Sí, hubo un momento en el que tuve que dejar de leer el libro porque también soy muy exigente y nunca lo veía perfecto. Ahora cuando recibo las críticas y veo que la primera edición se ha agotado me siento muy bien. También me pasaba cuando competía profesionalmente como nadador, llegué a unos mundiales y obtuve siete medallas, pero no pude ir a las olimpiadas porque me operaban la vista. En ese momento me dio rabia no haber llegado a las paraolimpiadas, no comprendía que unos mundiales también son mucho.

¿Y tu etapa como modelo?

Eso también fue un reto, ya era fisioterapeuta y no tenía necesidad, pero me di cuenta de que no había mister España con diversidad funcional. Me quedé entre los 12 primeros mister España lo que me dio para llegar al concurso de Mister Internacional que se celebraba en Portugal en 2018 y gané (fue el primer míster internacional con diversidad funcional).

¿Hubo alguna dificultad entre las pruebas que tenías que hacer para ser mister?

Pues teníamos que hacer remo en el mar y yo no veía, pero pedí que me indicaran izquierda o derecha y lo hice.

¿Qué le dirías a Alfonso de 10 años?

Le diría que persiga sus sueños, que no se compare con nadie y que confíe en sí mismo. Muchas veces somos nuestros peores enemigos. Siempre digo que espero que tu peor enemigo no esté entre tus dos oídos.

Y por último, ¿qué balance haces de todo este recorrido?

Me siento muy afortunado. Nunca me imaginé de niño que acabaría escribiendo un libro, siendo fisioterapeuta quizás sí, pero no llegando a unos mundiales de natación, participando en certámenes de belleza o trabajando en la ONCE. Aunque pueda sonar raro estoy feliz con la vida que tengo, perfectamente adaptada. Sin mi discapacidad no sería quien soy.

Nunca he sufrido bullying y siempre he tenido el apoyo de mi familia. Pero hubo un momento determinante cuando dejé de preguntarme: “¿por qué me ha pasado a mí esto?”; para preguntarme: “¿para qué me ha pasado esto?”. Entonces dejé de luchar contra la frustración y la culpabilidad que sentía.

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