Ni siquiera en cuestión de bragas y calzoncillos somos capaces de ponernos de acuerdo los ciudadanos de ésta Almería nuestra. Como para que lo hagamos en la política o en la economía. En Carboneras quieren ver colgadas en el balcón las “bragas de doña Lola” y los calzoncillos de su Pepe, dice el alcalde que puede ser un atractivo turístico para el municipio. En Balanegra han dicho que nada de nada, que como la guapa y joven Noemí ponga su “tanga” a secar en el balcón le imponen una multa de mil quinientos euros. En Carboneras ven en los tangas, las bragas y los calzoncillos en los balcones un atractivo más turístico, y como lo erótico cada día tiene más importancia en el mundo actual: “Tangas y sujetatetas a los balcones”, y los turistas a hacer fotos. En Balanegra no lo ven con los mismo ojos, a ellos no les pone la “tanguilla” de Noemí si ella no está dentro, y como no es cosa de secarlas al mismo tiempo y en el mismo balcón, no están por la labor de colgar sólo la prenda íntima. Si nos ponemos a buscarle las patas a la senadora (mi vieja gata) argumentos hay para defender las dos posturas, la de Carboneras y la de Balanegra. Mientras la primera lo único contra lo que puede atentar es a la estética de un balcón, la segunda lo puede hacer y fuertemente contra el bolsillo del padre de Noemí. Que por cierto está en paro desde hace más de un año, se le acaba el cobro en unos meses y lo único que le hacía falta es que por culpa del “tanga” de su niña le impusieran un correctivo de 1.500 euros. El problema es que no tienen patio interior en el piso, ni terrao donde tender la ropa, sólo un balcón. ¿Qué hacer?