Las ‘silenciosas’ obras del Mercado
Las Marinas ya ha estrenado nueva plaza de abastos, a falta de culminar el exterior del edificio

El interior del Mercado ha sido totalmente remodelado.e;clip:re
Sólo los vecinos del barrio, y los propios comerciantes, han sido conscientes de la importante remodelación que se han acometido en el Mercado de Abastos de Las Marinas en los últimos meses. El esfuerzo que se ha realizado para compaginar actividad comercial y obras han mantenido el edificio en aparente normalidad desde el exterior. Pero es una vez en el interior cuando se comprueba el enorme cambio producido.
Suelo, zócalos, techo, alumbrado y aseos de estreno, con una decoración en rosa fucsia que aporta modernidad a la instalación. Quedan pulir detalles y poner en marcha el sistema de aire acondicionado, tal como piden los propietarios de los puestos. “Estamos muy contentos con la obra, con cómo se ha llevado a cabo, pero es verdad que ya estamos en julio y nos urge que termine todo”, decía ayer Vicente García, dueño de Cárnicas Virgen del Mar.
Antes de plazo
Pero, aunque la espera se hace larga para los afectados, lo cierto es que la reforma va a terminar un mes antes de lo planificado, tal como destaca Antonio Fernández, de Gesforal, la empresa adjudicataria. “El acerado de la parte trasera se termina ya hoy (por ayer), y falta la fachada”, explicó. Sobre el aspecto final que tendrá el exterior, Fernández declaró que “aún quedan detalles por decidir”, como el color que finalmente se utilizará para el edificio y la posibilidad de que se cambien las rejas, para que guarden coherencia con la imagen más moderna de la Plaza.
También resta cambiar las puertas delantera y trasera por unas de cristal y retirar las actuales cortinas que han permanecido durante la reforma y son parte ‘culpable’ de que los vehículos que han circulado estos meses por delante no apreciaran las obras.
Y es que, a petición de algunos propietarios, se optó por no cerrar el Mercado, sino alternan los días de actuaciones con los de comercio. “Hemos cerrado lunes, martes y algunos miércoles, y abierto jueves y viernes”, aclaraba Esteban Ruiz, de Bar Esteban. Una fórmula “con sus ventajas” pero también con la dificultad de que “cada semana había que empezar de cero, limpiarlo todo, para tres días”. En la puerta del Mercado se ha informado diariamente de la apertura o cierre intermitentes, y los usuarios han ido comprobando semana a semana los cambios que se iban produciendo. “Yo creo que ha quedado muy bien por ahora, me gusta el rosa”, decía Esteban. Su mujer, María Dolores Yebra, propietaria del bar, se mostraba de acuerdo. “Hacía mucha, mucha falta, sobre todo por el suelo que estaba ya muy mal”.
Y cuando finalice todo, “nos reuniremos para unificar la nueva cartelería de los puestos”, dice Yebra.