El matrimonio niega el secuestro y la violación
El acusado de raptar a una vecina en Cuevas asegura que mantenía una relación con ella de año y medio
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería, con un tribunal presidido por el magistrado Juan Ruiz-Rico, abrió ayer el juicio contra un matrimonio de Cuevas del Almanzora acusado de secuestrar a una vecina y violarla en varias ocasiones en marzo del año 2012.
Los detenidos, J. R. S. T. y C. C. R. se enfrentan a penas de 24 y 10 años de prisión respectivamente, según el escrito de acusación elaborado por el Ministerio Fiscal, si bien ayer negaron taxativamente las acusaciones.
J. R. S. T., principal señalado en la operación de la Guardia Civil de Garrucha y actualmente en prisión preventiva, aseguró que mantenía una relación extramatrimonial con la víctima que duraba “un año y medio”. Según esta versión, la denunciante intentaba ocultar una infidelidad a su marido y urdió un plan para incriminar al acusado.
Versiones
“Yo le dije a mi mujer (C. C. R.) que iba a ver a mi padre y no era verdad, iba a verla a ella”, señaló el varón durante su declaración. “Esa relación era conocida por algunos amigos míos (...) mantuvimos relaciones en el cortijo. Ella me dijo que iba a dejar a su marido y yo le dije que no dejaba a mis niños por ninguna mujer”, expuso el acusado.
“Ella estaba mal con su marido y claramente yo soy un hombre diferente a su marido, dispongo de dinero y creo que se enamoró de mí”, concluyó J. R. S. T.
Esta versión contrasta sustancialmente con la ofrecida por el instructor de la Policía Judicial de la Guardia Civil de El Ejido. El agente explicó en su declaración ante el tribunal que el acusado “es muy conocido entre las policías locales de la zona, como una persona muy violenta”. Según detalló el instructor, J. R. S. T. infundía mucho respeto a los vecinos e incluso alguno de ellos retiró denuncias en su contra por miedo a represalias. Además, es una persona con cierta presencia en la comunidad al ser hijo de un conocido patriarca de la zona.
Fuga y detención
La Guardia Civil recibió la noticia de la desaparición de la mujer por parte de su marido. Luego inició una investigación en su entorno y finalmente encontró a la víctima “asustada”, “agazapada” y “muy nerviosa” en un cortijo anexo a Los Cazadores, inmueble donde estaba el matrimonio imputado en este caso.
La defensa ha sostenido en su línea argumental que la mujer fue voluntariamente con esta familia y que, muestra de ello, la vivienda no tenía cerrojos y las tres ventanas carecían de barrotes para retenerla. Esta explicación fue apoyada por la declaración de C. C. R. en la sala de vistas, negando igualmente el secuestro de la denunciante.
Otro elemento controvertido es el momento del arresto J. R. S. T. Según las diligencias, la Guardia Civil llegó al cortijo de noche y el sospechoso escapó por una ventana, armado con una escopeta y al grito de “te mato, picoleto”. Luego huyó hasta una zona rural del término municipal de Pulpí donde sería luego apresado. Según el acusado, se asustó al ver el despliegue de los guardias civiles y huyó del lugar sin realizar amenazas ni disparos.
La Fiscalía acusa a J. R. S. T. de delitos de agresión sexual (continuado), detención ilegal, atentado contra la autoridad y tenencia ilícita de armas. Mientras, su esposa se enfrenta a cargos por agresión sexual y detención ilegal como supuesta cómplice de las actividades de su esposo.
La víctima, de 32 años