Trump es, hoy, sinónimo de arancel. El norteamericano no es el principal mercado de Almería, pero el 99 por ciento de los pimientos exportados a EEUU salen de nuestros invernaderos (ICEX). El dato, en tanto que suelto, no refleja la realidad global: ni el cierre de mercado ni la política arancelaria del presidente de “la gran mentira” va a afectar sistémicamente a la producción de Almería, puesto que las exportaciones a EEUU apenas rebasan el 0,5 por ciento del total. Sin embargo, detrás de esta diáspora proteccionista –Ronald Reagan, también republicano, rechazó las guerras comerciales porque son la antítesis del libre mercado y responden a una política autárquica y de corte nacionalista- se esconde una vuelta al proteccionismo, al America First.

¿En qué medida acabará diezmando nuestra economía? ¿Debe Europa proteger su mercado? ¿Debemos acostumbrarnos a un hábitat de comercio inestable, líquido y hostil? Andrés Góngora es uno de los mayores expertos en comercio de frutas y hortalizas de nuestro país.

¿Qué habrá tras la humareda de los aranceles, Andrés?

La decisión de EEUU hace saltar por los aires toda la política comercial internacional que mantenía la Organización Mundial del Comercio (OMC). Todo ha cambiado.

¿Ante el proteccionismo, cabe responder con la misma moneda? ¿Qué debe hacer Europa?

Europa debe contrarrestar esta situación de forma urgente. Estamos viendo demasiada pasividad por parte de la Unión Europea ante el cambio global que se está realizando. La OMC carece de sentido, puesto que las reglas no se están siguiendo. Requiere una política diferente a la actual.

¿Una cierta protección?

La política de aranceles no nos parece acertada por la forma cómo se está llevando a cabo, pero sí que nos parece que un cierto nivel de protección de nuestros mercados es imprescindible para el mantenimiento de la producción.

Pero EEUU no es el mercado preferente de Almería.

No solo hay que pensar en los aranceles (en el mercado norteamericano). Hay otros países del entorno de los EEUU que se están viendo afectados y que, muy probablemente, vean en Europa una oportunidad para exportar sus productos.

Lo que nos obligaría a reaccionar sin excesiva burocracia...

Para nosotros es fundamental que Europa recupere su soberanía. Europa debe darse cuenta de que necesita un nivel de producción más alto del que tiene en estos momentos.

¿Esto significaría desmantelar las PAC de las últimas décadas?

En los últimos 30 años, las reformas de la PAC han generado un desmantelamiento de los sectores productivos. Toca remodelarlo todo.

¿Será la UE capaz de girar su política de deconstrucción?

Tenemos esperanza tras las últimas declaraciones del Comisario de Agricultura. Parece que va en esa línea, pero hace falta ver el conjunto de la Comisión y los estados miembros. No nos podemos olvidar de que Ucrania está llamando a las puertas con una situación de conflicto internacional. Todo va a afectar al comercio.

Entiendo que están pidiendo una mayor protección del mercado europeo.

Si Europa espabila, que ya va siendo hora, y protege su mercado interno, el sector tiene una capacidad de comercializar sus productos en el entorno de la UE porque hay un poder adquisitivo alto. Europa tiene que cambiar sus políticas comerciales.

Adoración Blanque, presidenta de Asaja, no es partidaria de la política proteccionista, pero pide a Europa que de preferencia comunitaria a sus producciones. Los aranceles, admite, restan y dividen.

¿Beneficia a alguien esta dinámica?

Entrar en una guerra arancelaria no beneficia en nada a nuestro sector. Almería es netamente exportadora. El establecer aranceles no nos beneficia.

¿Qué consecuencias se vislumbran?

Dos consecuencias directas: esto ralentiza el trabajo de abrir nuevos canales de exportación para nuestros productos y supone un encarececimiento de la materia prima y, en algunos casos, del producto final.

Y el consumidor es el último eslabón...

Esto se ve repercutido en la cesta de la compra y retrae el consumo. Creo que no son buenas noticias las que estamos teniendo en materia de exportaciones e importaciones.

Parece que el frenazo a las exportaciones de pimiento tendría una incidencia mínima...

Ha costado muchísimo trabajo y esfuerzo entrar en el mercado de EEUU. No es fácil. Vamos a ver si somos capaces de regular esta situación para que este mercado siga expandiéndose y se puedan seguir comercializando nuestros productos allí.

¿Es partidaria del mantra Europe First? Más proteccionismo... a la europea.

Si por proteccionismo entiendes un mayor control de los acuerdos comerciales y que nuestros productos tengan preferencia comunitaria y soberanía alimentaria, por supuesto que estaría de acuerdo.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) piden respuestas unívocas contra la política de Donald Trump. Aseguran que perjudicará a consumidores y productores. Urgen a la UE a tener beligerancia contra los aranceles. En este contexto, y tras décadas de aperturismo, regresa a la escena global un ismo muy viejo, el proteccionismo, que está propiciando una espiral cuyo primer efecto puede ser el retroceso de la globalización.

Otras voces, como las de Coag y Asaja, demandan medidas a caballo entre el libre comercio que ha propugnado, a veces, la UE y la política de imposiciones gravosas para los bienes exteriores que propone Trump. ¿Qué pasa con las instituciones globales que nos dimos tras la II Guerra Mundial? ¿Perjudicará a la agricultura de Almería, la más importante de España, esencial para el suministro verde en Europa, el naciente nacionalismo económico? ¿Es la protección arancelaria un anticipo de una guerra mayor?