Roscos al aire y espectáculos de pólvora: así han sido estas increíbles fiestas
El pueblo ha celebrado el último día de las festividades donde han volado miles de panes

Miembros de la Peña de San Sebastián y San Ildefonso de Olula del Río tras la procesión.
Después de San Sebastián, le tocaba a San Ildefonso. En Olula del Río, cada inicio del año nuevo viene marcado por unas celebraciones únicas que, como siempre decimos, combinan fuego, devoción y mucho pan. Cada 20 y 23 de enero, los olulenses rinden homenaje a sus patrones con un espectáculo que llena de vida cada rincón de este pueblo.
Cuando cae la noche de los días previos a estos, las calles de Olula del Río se iluminan con hogueras mientras el chisporroteo de las carretillas llena el aire de emoción con la llegada de los días grandes. Vestidos con ropa especial para evitar quemaduras del fuego y con las fachadas cubiertas adecuadamente, los olulenses se lanzan a vivir la tradición de las carretillas.
Y, al día siguiente, después de celebrar durante toda la noche la fiesta del fuego, las imágenes de los patrones, San Sebastián y San Ildefonso, recorren las calles del municipio acompañados de cientos de vecinos y visitantes de otros pueblos cercanos mientras desde el cielo caen miles de roscos y rosquillas de pan.
Eso fue lo que ocurrió exactamente el lunes, cuando tuvo lugar la procesión comenzando en la Iglesia de San Sebastián, día del que es protagonista este mismo santo, y finalizando en la Iglesia de la Asunción. Este jueves ha ocurrido exactamente lo mismo, pero a la inversa.
El día grande de San Ildefonso ha comenzado en la Iglesia de la Asunción. Mientras las imágenes de San Sebastián y San Ildefonso hacían un recorrido procesional por las principales calles de Olula del Río, centenares de vecinos de todas las edades, desde niños hasta los más mayores, los acompañaban a su paso mientras otros salían a los balcones de sus casas a lanzar los típicos roscos que solamente se hacen para esta ocasión.
Mientras esos miles de panes vuelan por los aires, cientos de manos de los vecinos que acompañan el paso de los santos intentan atrapar el mayor número de roscos posible. Este gesto de arrojar pan desde los balcones, tiene raíces en antiguas ofrendas por las cosechas para que los habitantes del pueblo pudieran comer, es un símbolo de gratitud y unión y nadie pierde la oportunidad de llevarse, al menos uno de estos roscos, a casa.
Una vez ha finalizado la procesión de San Ildefonso, toma protagonismo otra de las tradiciones más curiosas: muchos vecinos entran a la Iglesia de San Sebastián cuando ya han entrado los santos para intentar hacerse con un trocito de los roscos que rodeaban durante la procesión a las imágenes. Estos roscos, que se consideran bendecidos, son muy valorados entre los olulenses que, según las creencias populares, esos trozos de pan bendecidos traen suerte, protección y salud a quienes lo guardan.
Para añadir a aún más emoción si cabe a estas jornadas, el año pasado ya se recuperó otra de las tradiciones que se habían perdido: el concurso de ristras. Normalmente se celebra solamente un día, el día de San Sebastián, aunque este año la Peña de San Sebastián y San Ildefonso del municipio ha querido volver a celebrar este evento. Por tanto, en estas fiestas patronales de 2025 se ha celebrado dos veces.
Las familias y grupos de amigos han unido su recogida para poder hacerse con el primer premio que, al igual que el concurso organizado por el Ayuntamiento, se hace entrega de 150 euros, mientras que el segundo y tercero se premian con 100 y 50 euros.
Con esta jornada que ha continuado con la feria del mediodía con arroz para todos los asistentes, atracciones de feria para los más pequeños y música en directo con las actuaciones de Los Galgos y DJ Juanlu Gs.