Más vehículos privados, menos traslados compartiendo coche, menos uso del transporte público y prácticamente nulo en bicicleta y muchas menos personas que se muevan andando. Este es el panorama que el Plan de Movilidad Sostenible del Levante Almeriense contempla para el año 2020 si se mantiene la tendencia actual.

Estos resultados resultan poco alentadores desde un punto de vista de sostenibilidad energética y medioambiental, más aún si tenemos en cuenta que esta situación supondría un incremento de 8.000 toneladas en las emisiones de CO2 al aire, alcanzando las 24.980 toneladas año. Pero los problemas que supone un escenario como este no afectan solo al medio ambiente, sino que tocan directamente el día a día de las personas que viven o visitan estos municipios.

Acoso al peatón

Así, una de las cuestiones que plantea el incremento en el uso del vehículo privado, en detrimento del público, la bici o caminar, es el acoso a los peatones e incluso a los monumentos que constituyen el patrimonio cultural e histórico de estos pueblos. En el primer caso, vecinos y visitantes se ven obligados a caminar por la calzada o carretera, con los riesgos que ello conlleva y, en el segundo, los centros históricos se han perdido para las personas.

En la cuarta mesa de movilidad que se ha celebrado bajo el paraguas de este plan del Levante, que promueven la Agencia Andaluza de la energía de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y la Mancomunidad del Levante, se plantean una serie de propuestas para, si no solucionar, sí amortiguar las consecuencias que tendría continuar con el actual panorama.

Una de las premisas de las que se parte es que las pautas de movilidad están muy relacionadas con los desarrollos urbanísticos y el uso del suelo. Por ello, se propone la obligatoriedad de estudios de movilidad para nuevos desarrollos urbanos y condicionar la localización de actividades a la accesibilidad no motorizada o en transporte público. También se plantea como solución crear aparcamientos disuasorios en intercambiadores y a la entrada de los núcleos y ubicar en una misma zona los equipamientos y los servicios.

Otro de los aspectos básicos del Plan de Movilidad Sostenible es mejorar la red de itinerarios peatonales; fomento del uso de la bicicleta facilitando su uso, traslado en otros medios de transporte como el autobús y su estacionamiento; mejora del transporte público y una gestion de la red viaria que iría desde aminorar la velocidad por la que se circula dentro de las ciudades y reducir el índice de ilegalidad en el estacionamiento.

Son muchas las propuestas de esta mesa de movilidad que afectan a multiples aspectos de la vida y organización de los pueblos, pero si algunas de ellas se pusieran en marcha, el panorama cambiaría y en 2020, por ejemplo, se emitirían 3.000 toneladas menos de CO2 al año. No cabe duda de que el esfuerzo merecerá la pena.