Niños al sol en Almería: estas son las claves para evitar la deshidratación y las quemaduras este verano
El pediatra Jorge Salvador, del hospital La Inmaculada de Huércal-Overa, nos ofrece una guía práctica para proteger a los más pequeños

Una chica presenta quemaduras por el sol.
El verano en Almería no da tregua. Con temperaturas que rozan los 40 grados y playas y piscinas como los refugios cotidianos más a mano, la exposición al sol se convierte en un riesgo que muchas veces subestimamos. Y los niños, por sus características físicas y sus hábitos, son especialmente vulnerables.
“La piel de los menores es más delgada y sensible. Además, su sistema de regulación térmica no está del todo desarrollado y, sobre todo, suelen pasar mucho más tiempo al aire libre”, advierte el pediatra Jorge Salvador, del hospital La Inmaculada de Huércal-Overa. A eso se suma un factor determinante: “no siempre son conscientes de la sed y beben menos líquido del necesario”.
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Prevenir mejor que curar
Para prevenir tanto la deshidratación como las quemaduras solares, Salvador recuerda lo básico: evitar la exposición directa al sol entre las 11 y las 17 horas, buscar siempre la sombra, vestir a los niños con ropa ligera, gorras o sombreros, y no olvidar las gafas de sol.
Detectar a tiempo los primeros signos de deshidratación puede evitar sustos mayores. “Aumento de la sed, lengua y labios secos, menos orina o la ausencia de lágrimas en bebés. Si se suma fiebre alta, sudoración excesiva, vómitos o dolor de cabeza, puede tratarse ya de una insolación”.
En cuanto a los protectores solares, hay que ser meticulosos. “Aplicar una cantidad generosa en toda la piel expuesta, unos 15 o 30 minutos antes de salir. Y reaplicar cada dos horas, especialmente después del baño o si se ha secado con la toalla. Aunque la crema sea ‘resistente al agua’, su eficacia se reduce”.
Curas y remedios
El tipo de fotoprotector también importa. “En menores de seis meses no se recomienda su uso, salvo en zonas muy concretas si no se puede evitar el sol. A partir de esa edad, como mínimo FPS 30 o 50+. Y aplicarlo incluso en días nublados”.
Si pese a todas las precauciones el niño se quema, lo primero es enfriar la zona con agua fresca durante 10 a 20 minutos. “Se puede usar paracetamol o ibuprofeno si hay dolor y aplicar una crema hidratante. Pero si hay ampollas, fiebre, vómitos o zonas muy extensas afectadas, hay que ir a Urgencias”.
Entre los remedios caseros, el aloe vera es una opción válida “solo para quemaduras leves, por sus propiedades calmantes”.
En paralelo, mantener la hidratación es fundamental. “Agua de forma frecuente durante todo el día, incluso si no la piden. También pueden beber zumos naturales o tomar helados de hielo, siempre vigilando el contenido en azúcar”.
Jorge Salvador lo resume así: “Evitar el sol directo en las horas más duras, aplicar fotoprotección con frecuencia, usar ropa adecuada y ofrecer líquidos constantemente. Solo así podremos disfrutar del verano con seguridad, sin riesgos innecesarios para los más pequeños”.