Verano en Almería: por qué los niños temen al agua y no saben nadar, según un monitor de natación
El reto de la provincia: revertir la tendencia de los peques que no saben nadar y promover una infancia segura y acuática

Germán Rodríguez, monitor de natación y triatlón.
Llega el verano y eso solo puede significar una cosa: libertad y vacaciones para los más pequeños. A simple vista, la diversión está asegurada. Sin embargo, esta temporada estival llega acompañada de una preocupante advertencia: cada vez más niños llegan a las playas o a las piscinas sin saber nadar y con un miedo creciente al agua, según alertan tanto monitores como socorristas en los espacios acuáticos almerienses.
Según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA), en 2025, Andalucía se presenta como una de las comunidades autónomas con más fallecimientos por ahogamientos en el plano nacional. En lo que llevamos de año, de un total de 39 fallecidos, 20 de ellos fueron menores de edad, siendo 6 de ellos menores de entre 3 y 10 años.
Sobreprotección y miedo: las causas del desconocimiento acuático
Los profesionales de la natación detectan una tendencia creciente: los padres, por miedo a los accidentes, tienden a sobreproteger a sus hijos, impidiendo que se adentren en el agua o prolongando el uso de manguitos hasta edades avanzadas. Este exceso de precaución, lejos de prevenir, dificulta que los niños adquieran habilidades básicas de supervivencia acuática y genera inseguridad y temor al agua.
Germán Rodríguez, monitor de natación y triatlón, explica que "antes los niños gozaban de más libertad en el agua. Hoy, el exceso de seguridad en el entorno familiar hace que eviten experiencias acuáticas, lo que desemboca en el no aprendizaje y en el miedo."
Además, Rodríguez lo comenta: "Los cursos de natación ya no están tan generalizados como antes, siendo además sustituidas las actividades físicas por el uso de pantallas y actividades más sedentarias en edades cada vez más tempranas".
Así, "la introducción temprana en la práctica acuática tiene resultados beneficiosos para la salud, y además, por seguridad, una vez que los infantes crecen, con las temperaturas que se manejan hoy en día, el baño es algo muy recurrente", explica Rodríguez.
El peligro oculto de los manguitos
El uso de manguitos hinchables, cada vez más habitual, puede dar una falsa sensación de seguridad. Si se pinchan o se salen accidentalmente, el niño queda indefenso, especialmente si no sabe nadar. Los expertos insisten en que los manguitos no sustituyen la supervisión directa de un adulto y no son un método seguro de prevención de ahogamientos. Además, se recomienda el uso de los churros, que, además de motivar el aprendizaje de una manera más efectiva, resultan menos peligrosos al no estar expuestos a pinchazos.
De igual forma, Mario Oyonarte, un joven de 23 años, socorrista desde hace varios años, aconseja y advierte:
- No dejar nunca a los niños solos en el agua, aunque sepan nadar o lleven manguitos.
- Elegir hamacas cercanas a la piscina en hoteles y complejos turísticos para mantener la vigilancia.
- Recordar que los socorristas no son niñeros: su función es vigilar el conjunto, no la atención individualizada.
- Para bebés, utilizar flotadores específicos que impidan que se cuelen por los huecos.
- Mantener siempre la atención visual y física sobre los menores.
La combinación de falta de aprendizaje, miedo, sobreprotección y confianza excesiva en materiales como los manguitos está detrás de muchos de estos accidentes.
Rodríguez lo resume a la perfección: "La mejor prevención es la formación acuática temprana y la vigilancia activa y constante de los adultos".