Reflexiones desde la primera línea
No elegimos quedarnos en casa. No lo hacemos, porque un día, decidimos ayudar, decidimos cuidar. Esto consiste en mucho más que posicionarse en un extremo de la escala cromática, que en defender lo cuestionable, por verse representado por una nota musical o consolarse con la partitura de otros lugares. Consiste en lidiar con la muerte, a la que algunos se declaran invulnerables y cuya razón sin compasión, les cree ser tan valientes como para exponerse a un riesgo, y tan necios, como para exponer a los demás. Consiste en todos esos adjetivos que cuestan muy poco, pero valen mucho. Puede que ahora sea a nosotros a quién veáis como héroes y es que es posible que, en esta sociedad donde, a menudo, la bondad se asocia a debilidad, hayamos pasado inadvertidos/as... pero siempre hemos estado ahí, cuando nos necesitáis, cuando habéis pensado que no, cuando atendemos a vuestras personas más queridas… siempre. El sentimiento que nos genera ayudar, no tiene un valor económico, pero os puedo asegurar que salva muchas vidas. J. Varela