Salir a defender lo indefendible
Por si no lo saben, Almería es la provincia en la que más niños se educan a diario en barracones por la falta de colegios
Hay obligaciones no definidas que nos hacen discurrir por caminos no siempre rectos. Lo digo para tratar de entender, desde el punto de vista humano, la vergonzante relación con el sentido común que en ocasiones demuestran los representantes de la Junta de Andalucía en Almería cuando se sienten obligados a defender situaciones relativas a la gestión del alto mando sevillano y que son incompatibles con el acierto, la bondad o el beneficio. Lo digo porque la otra mañana pude escuchar a la máxima representante de la Junta en Almería, la delegada de Gobierno, Gracia Fernández, asegurando en una entrevista radiofónica que tampoco había que cargar demasiado las tintas contra las aulas portátiles, porque éstas tienen bastante calidad. Quien así hablaba es, ya digo, la máxima responsable en nuestra provincia de una administración, la Junta de Andalucía, que después de más de treinta años de gestión socialista, aún no ha sido capaz de dotar de colegios dignos a la población escolar almeriense. Y no sólo eso: por si no lo saben, Almería es la provincia andaluza en la que más niños se educan a diario en barracones por falta de colegios. Pero la consigna es defender lo indefendible y allí que sale la señora delegada de la Junta a decirnos que ya está bien de quejas porque las caracolas son magníficas. Vemos una vez más ese dictamen lisérgico de los mandamases de la Junta que decreta la imposibilidad del error o el fallo. A ver niños, cantad conmigo: las caracolas me molan y los lamparones de la Alcazaba son de humedad falsa. Debe ser que en la Junta de Andalucía siguen pensado que todos los almerienses nos nutrimos exclusivamente del bolo alimenticio que amasa a diario la radiotelevisión pública andaluza y que todos dependemos de una subvención o paga con origen en alguna consejería. Sólo así se entiende ese irritante y grosero desprecio a la inteligencia de los almerienses. En fin, doña Gracia, si tan excelentes son las aulas portátiles… a ver cuándo traslada su despacho a una de ellas.