Una calle para Chus
Los almerienses hemos tenido la fortuna de disfrutar de la presencia física, del saber estar, de la profesionalidad, la inteligencia y el cariño de una de las figuras más relevantes del último medio siglo del cine español, la actriz Chus Lampreave. Este martes se nos ha ido, pero solo físicamente, que es mucho, ciertamente. “No puede morir quien habita en el tuétano de sus paisanos”, escribe Luz Sánchez-Mellado. “No debiéramos lamentarnos, sino sólo celebrar el haberla frecuentado”, dice Fernando Trueba.
Izquierda Unida ha pedido una calle con su nombre en Almería. La idea es plausible, pero hubiera sido mejor si Rafael Esteban no actuara preso de la precipitación y el oportunismo y, antes, hubiera acordado su propuesta con el resto de grupos políticos. Seguro que no habría habido problemas. Chus era simpatizante socialista, como se sabe. En la campaña de 1996 grabó un vídeo con una rosa en la mano pidiendo el voto para Felipe González. Por ‘mojarse’ recibió algunas críticas. Ella decía que actuaba según su conciencia y con el apoyo de su mejor amigo, su esposo, el almeriense Eusebio Moreno de los Ríos, que siempre era muy respetuoso con las decisiones de su mujer.
La vida de Chus ha sido una vida de éxito. Pero eso, sólo en lo profesional. En lo personal vivió momentos delicados con el fallecimiento de su hija Laura, en noviembre de 1996, con solo 33 años. Nunca logró superar aquella pérdida. El matrimonio convivió nada menos que 55 años. La muerte les separó hace nueve meses. Chus se enamoró de Antonio y de todo lo que a éste le rodeaba, Almería incluida. Era una profunda conocedora de nuestra provincia.
Eusebio Moreno fue un alumno aventajado de Celia Viñas. Sus dotes artísticas eran muy apreciadas por la profesora y su presencia era frecuente en las representaciones teatrales que se emitían en Radio Almería. Su vida profesional la desarrolló en Televisión Española. La vida de TVE es un abanico de “grandes momentos”. En uno de esos, Eusebio tuvo un protagonismo involuntario. Fue en el programa de fin de año de 1987. Formaba parte del equipo de realización.
El programa no se emitía en directo. Actuaba la exuberante Sabrina. “Hugo, a esta chica se le han salido las tetas”, comunicó el almeriense a Hudo Stuven, responsable del programa. “Bah, tú no has visto nada”. “Pero si sacamos eso, ‘la seño’ –Pilar Miró- nos mata”. En esto apareció ‘la seño’. “Pilar, que…”, intentó decirle Eusebio. “Ya, ya, yo no sé nada, pero no le pongáis la ‘R’ de repetición de las jugadas como en el fútbol…”. El programa se emitió con las tetas de Sabrina al aire. El día de año nuevo de 1988, en España no se hablaba de otra cosa que las voluminosas tetas de Sabrina.