Lecciones particulares de sibwana
No puedo decir que guarde un emocionado recuerdo de la figura del lingüista suizo Ferdinand de Saussure, padre de la Lingüística Estructural y responsable de muchas jornadas aciagas durante mi ya lejana estancia ante las pizarras. Decía el laureado profesor que un sistema lingüístico no es más que una serie de diferencias de sonido combinadas con una serie de diferencias de ideas. Y aquí creo que puede radicar el permanente desencuentro entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Almería. Lo digo porque hace unos días, el portavoz municipal de los socialistas, Juan Carlos Pérez Navas, decía en una entrevista que el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, “no ha querido entenderse nunca con la Junta de Andalucía”. Y como esta columna viene marcada por una indeclinable vocación de servicio público, estoy por pensar que la razón de tanta disensión no es otra que la lingüística. No es que el alcalde, como podrían pensar los seguidores de los socialistas, sea un tipo antipático y en permanente bucle recriminatorio a la Junta. Puede que simplemente hable un idioma mientras que ellas y ellos lo hacen en otro. Ya saben que eso quiere decir también que los mecanismos de razonamiento no son los mismos. Por ejemplo, cuando desde la Junta de Andalucía se insiste en que una obra es prioritaria, eso quiere decir ni más ni menos que tienen mucha prisa en acometerla. ¿Está claro, no? Que luego para acometerla y para responder a esa urgencia la Junta no tenga previsto presupuestar un duro es ya una cuestión irrelevante y de matemática simple que, al ser de fácil comprensión, no debería enturbiar el entendimiento de las administraciones. Son ganas de enredar del alcalde, que debería haber entendido a la primera que cuando la Junta dice algo, bien dicho está, y que llevar la contraria es síntoma de manifiesta falta de talante dialogante. Lo que tiene que hacer al alcalde es pedir a Pérez Navas lecciones particulares de sibwana, el idioma con el que los socialistas almerienses se entienden con Sevilla y que hace inteligibles cualquier tipo de incumplimientos, retrasos y olvidos.