Amor con amor se paga. Como recordarán, después del patinazo de la televisión pública andaluza en el fiasco uvero de la pasada nochevieja, las oleadas de indignación espontánea emanadas en las redes sociales fueron rebatidas por muchos políticos socialistas, que esos días hicieron gala de una comprensión, de un talante conciliador y una amabilidad tales que, a su lado, las reflexiones de la madre Teresa de Calcuta podrían ser objeto de estudio por la Comisión Antiviolencia del Congreso. Aquello dio pie a dos cosas: a que los más pusilánimes acabasen dando palmas de satisfacción tras un video chufletero de presunta disculpa manufacturado a toda prisa en una pausa de un ensayo carnavalero y a que otros destacasen el papel dominante del PSOE en el binomio partido-emisora. Pues bien, para los que aún tengan dudas de la indisoluble relación de objetivos e intereses entre ambas partes, les recomiendo que vean estos días los informativos de la radiotelevisión pública. Allí descubrirán la frecuente aparición del candidato socialista a la alcaldía de Almería, que a este paso acabará amenazando el record de presencia televisiva almeriense del incombustible Juan y Medio. No hay día que el aspirante socialista no aparezca en los informativos locales ¡y regionales! hablando sobre los más diversos asuntos de actualidad real o convenida. Pero claro, el candidato da para lo que da y no siempre se le puede encargar a alguien que haga una pregunta cuya respuesta pueda ser emitida tanto en Almería como en Ayamonte, Por lo tanto, no se descarta que la televisión que nos dice ahora en qué botón de nuestro mando debemos sintonizarla recurra al ingenioso ardid de convertir al cabeza de cartel socialista en hombre del tiempo o cualquier otra fórmula que permita, sin demasiados quebraderos de cabeza, continuar con la escasamente solapada campaña de promoción.