Tan caros como inútiles
Desconozco el tipo de confitura posterior que pueda llevar la encuesta, pero los datos del Informe Andalucía Detecta, del Instituto Andaluz de la Juventud, son demoledores. Por ejemplo y según este informe, el 24 % de los jóvenes andaluces piensa que el lugar de una mujer está en casa con su familia y el 10 % considera que el hombre debe tomar las decisiones importantes en la pareja. Y una perla final: el 50% de los jóvenes andaluces cree que la mujer aguanta la violencia. Este trabajo demoscópico sirve, a mi juicio, para confirmar a los andaluces que la amplísima constelación de observatorios, foros, agencias, institutos y demás chiringuitos paralelos de la Junta de Andalucía no sólo es cara, sino que además es perfectamente inútil. Si después de treinta años de permanente adoctrinamiento e inyección de lemas y consignas transversales, inclusivas, sostenibles y bla-bla-bla, resulta que los jóvenes andaluces (los mejor y más preparados del mundo mundial, según la propaganda oficial de la Junta) todavía piensan como las familias cinematográficas de Paco Martínez Soria, pues qué quieren que les diga: mejor cerrar el chiringuito y eso que nos ahorramos. Es lamentable que todo el costosísimo impulso transformador de mentes y criterios que ha ideado la Junta para colocar a un montón de amigos y pasar después la cuenta al bolsillo de todos los andaluces sólo haya servido para la adopción (por parte de los miembros y miembras más partidarios) de una especie de jerga políticamente correcta y gramaticalmente ridícula que no se ha traducido en los resultados sociológicos esperados. Tan abrumador es el fracaso que, conociendo el percal, no cabría desdeñar la posibilidad de que la publicidad que se está dando a este atronador descalabro no sea en realidad una estrategia para justificar la imperiosa necesidad de seguir manteniendo operativo todo el tinglado. Y hasta de aumentar su presupuesto.