Almería y la secesión de Cataluña
El proceso secesionista de Cataluña, que lideran Artur Mas y Oriol Junqueras, nos preocupa como españoles. Pero también como almerienses. Como españoles es obvio: Cataluña supone el 20 por ciento del PIB español y su independencia supone hacernos el harakiri. Como almerienses, la preocupación es por razones afectivas: decenas de miles de almerienses e hijos y nietos de almerienses tienen su residencia en aquel trozo del territorio nacional. Durante estos días, estos ciudadanos, que comparten afectos entre su tierra de acogida y la de procedencia de ellos o sus ancestros, lo están pasando mal. Muy mal.
Posturas como la del abderitano residente en Cataluña Emilio Suárez Sánchez, y otros como él, que se manifestaron el jueves por la independencia, nos producen tristeza. Por injusta, por insolidaria y, siento decirlo, por traidora. Qué placer oír a Almudena Grandes, en la Ser, hablando de estos “charnegos”:
“Algunos españoles que hablan castellano, viven en Cataluña y están a favor de la independencia, han creado una asociación, ‘Súmate’, para explicar su posición. Están en su derecho y nadie está legitimado para cuestionarles, porque los sentimientos son tan sagrados como el pan. Los míos, que me distanciaron en el pasado de los catalanes que les llamaban charnegos, me alejan ahora de la insolidaridad que vuelcan hacia sus paisanos, esas familias que se quedaron en sus pueblos y viven mucho peor que ellos, aunque no paguen peaje en las autovías”. Grande Almudena.