La Voz de Almeria

Opinión

Ofensiva en tromba contra la independencia de Escocia y de Cataluña

“Escándalo en Cataluña: la con­fe­sión de Jordi Pujol so­cava las es­pe­ranzas ca­ta­lanas de in­de­pen­den­cia”

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A 27 días del referéndum del 18 de septiembre sobre la independencia de Escocia, los vientos en el Reino Unido arrecian a favor del No. Y este viernes se ha desencadenado una ofensiva empresarial en toda regla en apoyo del Mejor Juntos, slogan de los unionistas.Con un protagonista estrella: Douglas Flint, escocés y presidente del HSBC, el segundo banco del mundo. Mientras, el soberanismo catalán también sufre tarascadas británicas.


Flint se moja hasta el cuello y en un ar­tículo que pu­blica en The Daily Telegraph ad­vierte se­ve­ra­mente: la in­cer­ti­dumbre sobre si una even­tual Escocia in­de­pen­diente con­ser­varía o no la libra “podría pro­vocar la fuga de ca­pi­tales del país y de­jaría su sis­tema fi­nan­ciero en un es­tado crí­ti­co”. Y la tran­si­ción a una nueva mo­neda “sería com­pleja y pe­li­gro­sí­si­ma”. En cam­bio, imsta a los in­de­pen­den­tistas a re­co­nocer que la libra ha sido y el ‘pilar’ del éxito eco­nó­mico es­cocés y de su es­ta­bi­lidad fi­nan­ciera.


Aunque se po­si­ciona “únicamente a tí­tulo per­so­nal” y no en nombre del HSBC, el tono y el con­te­nido del ar­tículo no deja lugar a du­das: una Escocia in­de­pen­diente sería poco menos de in­via­ble. El tema cen­tral de Flint y que está aca­pa­rando el de­bate estos úl­timos días es el de la mo­neda. En su opi­nión, el ar­gu­mento que usan al­gunos in­de­pen­den­tistas de que po­drían con­servar la libra aun sin acuerdo con Londres es una qui­mera y un con­tra­sen­tido, y lo de­muestra con iro­nía: “Escocia ten­dría que se­guir las di­rec­trices de la po­lí­tica mo­ne­taria sin tener voz no voto; ex­traña forma de in­de­pen­den­cia”.


En una se­gunda ex­clu­siva, el mismo diario ade­lanta que más de cien em­pre­sa­rios y altos eje­cu­tivos es­co­ceses de las grandes em­presas están pre­pa­rando una de­cla­ra­ción en la que se ma­ni­fiestan cla­ra­mente en contra de la in­de­pen­dencia y a favor de man­tener la Unión. Como en el caso de Flint y otros, la razón que es­grimen es la pros­pe­ridad eco­nó­mica, pero ahora van más allá y se de­cantan sin am­bi­güe­dad: “La con­clu­sión es clara, que los costes de la in­de­pen­dencia se pueden ta­sar, pero los be­ne­fi­cios son in­cier­tos, y eso hace que Escocia sea po­ten­cial­mente menos com­pe­ti­tiva, no más”.


¿Qué tiene que ver todo esto con Cataluña, aparte de que el re­sul­tado es­cocés po­dría servir de in­dicio para la pre­sunta con­sulta del 9-N? Pues que a 79 días de esa fe­cha, por fin una pu­bli­ca­ción in­flu­yente como The Economist pa­rece ha­berse de­can­tado tam­bién. Y no a favor del re­fe­rén­dum, pre­ci­sa­mente. Hasta ahora, sus fre­cuentes ar­tículos ve­nían siendo mo­delos de equi­li­brio ines­ta­ble: ra­zo­na­ble­mente im­par­ciales pero con al­gunas alu­siones más bien a favor del de­recho a de­ci­dir, sin prestar de­ma­siada aten­ción a lo que dice la Constitución.


Pero esta vez, en el nú­mero que sale a la venta este fin se­mana y fe­chado el 23 de agosto, hay abun­dantes ma­tices en sen­tido con­tra­rio. Para em­pe­zar, el tí­tulo no es me­ra­mente enun­cia­tivo, como es ha­bi­tual en la re­vista. Es de­cla­ra­tivo: “Escándalo en Cataluña: la con­fe­sión de Jordi Pujol so­cava las es­pe­ranzas ca­ta­lanas de in­de­pen­den­cia”. Luego, des­cribe cómo ha cam­biado el re­lato para los so­be­ra­nis­tas: “En lugar de un de­bate sobre los mal­vados con­quis­ta­dores cas­te­lla­nos, su causa ha sido eclip­sada por el es­cán­dalo de un héroe caí­do”.


Otros su­tiles to­ques en el texto las­tran el se­pa­ra­tismo. Como cuando cri­tica que Pujol di­jera “como si tal cosa que no había te­nido tiempo” de re­gu­la­rizar sus di­neros en el ex­tran­jero en tantos años. O cuando se en­saña con él y su Fundación “especializada en la éti­ca”. O cuando cuenta los pro­blemas con la jus­ticia de otros miem­bros del clan, Jordi y Oriol. O cuando an­ti­cipa que el Gobierno de Rajoy im­pe­dirá la con­sulta: “Los se­pa­ra­tistas es­pe­raban que eso en­gro­saría sus fi­las, pero ahora todo gira en torno a Pujol”. O cuando an­ti­cipa que la Diada de este año “puede ser menos im­pre­sio­nan­te”.


Sin em­bargo, The Economist con­si­dera que aunque el es­cán­dalo “es la tumba” de Pujol y per­ju­dica a Artur Mas y sus pla­nes, “no hunde el se­pa­ra­tis­mo”. Tal vez no lo hunde, pero el ar­tículo lo da casi por per­dido en su úl­tima frase: “El es­cán­dalo Pujol ex­ten­derá la de­silu­sión, (porque) el hombre que cons­truyó el or­gullo na­cional ca­talán ahora lo está so­ca­van­do”.


Otro ar­tículo con­tun­dente sobre el mismo tema se pu­blica en Euro Weekly News. Lo firma Cassandra Nash y es muy breve, pero se le en­tiende todo en sólo dos fra­ses. Una: “Algunos de los que res­paldan una se­pa­ra­ción de España han es­tado pre­sun­ta­mente ro­bando a sus con­ciu­da­danos ca­ta­lanes du­rante dé­ca­das”. Y otra: “La saga viene como agua de mayo, y Mariano Rajoy puede sen­tarse y ver cómo la fa­milia Pujol ayuda a cor­to­cir­cuitar el in­tento de in­de­pen­den­cia”.


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