En Estados Unidos hay dos partidos políticos que se van alternando en el gobierno de la nación. Se llaman Republicano y Demócrata. Cada 4 años celebran elecciones y durante el tiempo que dura el mandato del vencedor, desaparece por completo la lucha mantenida durante el período electoral. Todos se convierten en defensores del progreso y bienestar de su nación.

Alemania es la locomotora de la Unión Europea. Celebra elecciones periódicamente y elegido el Canciller, todos se prestan a colaborar en el engrandecimiento de su país. A veces se unen vencedores y vencidos para formar un gobierno mejor preparado.

Nosotros, en España, tenemos una tradición política lamentable. Un ejemplo destacado ocurrió en 1868, cuando los numerosos partidos consiguieron destronar a la reina Isabel II. Llegaron 2 años de luchas internas que terminaron con la llamada de un rey extranjero, Amadeo de Saboya. Durante 3 años intentó arreglar la situación, hasta que se hartó de nosotros. Decidió marcharse por donde había venido y comenzó la primera República.

Duró 1 año y fue tiempo suficiente para que tuviéramos 4 presidentes: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. El mandato de cada uno duró 4 meses o menos.

En la actualidad permanecemos con nuestra idiosincrasia de siempre. Pensamos: yo tengo este modelo de Estado.- Me responden: ha demostrado que no nos sirve.- Y sigo: no importa, mi modelo es ése.- Me dicen: pero si llevamos muchos años con otro modelo y hemos conseguido nuestras mayores cotas de grandeza y bienestar.

¿Cuándo llegará el día en el que los españoles nos hagamos tan sensatos como ya son los alemanes y norteamericanos? El día que alcancemos esa meta, España habrá conseguido su mayor triunfo. Por sus condiciones naturales, España es un lugar privilegiado para vivir.